Rubén, taxista. Carmela, contadora pública. Edmundo, Daniela, Virginia, Gabriel, defensores de Derechos Humanos. Leida, estudiante de secundaria. Aracely, universitaria y activista. 43 normalistas. 25 periodistas cuyo paradero se ignora. Mil 600 niños y niñas de entre 12 y 15 años. 30 mil personas desaparecidas; entre usted y yo hay un vacío emocional, vital, físico. La desaparición forzada aumenta día a día en México, militares y policías arrebatan vidas diariamente. No podemos esperar a que dentro de 20 años una comisión especial repare el daño que ahora debemos detener. Por eso miles de personas nos hemos unido en el país para exigir en el Senado de la República la aprobación de la Ley General para Prevenir, Investigar, Sancionar y reparar la Desaparición Forzada de Personas y la Desaparición de Personas cometidas por particulares. Esta ley ha sido creada por especialistas de la sociedad civil organizada, mientras gobernadores, diputados y secretarios de Estado intentan impedir que se apruebe. La Campaña Nacional Contra la Desaparición Forzada en México ha desarrollado esta lista de ocho razones para que usted y yo sepamos exigir la ley:
- Las víctimas de desaparición forzada y desaparición a manos de particulares son hijos, hijas, padres y madres de TODO el pueblo.
- La lucha contra las desapariciones forzadas debe ser una lucha de TODO el pueblo, y en este sentido los movimientos y organizaciones que luchan por mejorar las condiciones de vida son los primeros que están obligados ética y políticamente a luchar contra esta política de terrorismo de Estado.
- La desaparición forzada es una estrategia de terror del Estado que forma parte de mecanismos de represión más amplios, como el control de la población, del territorio, la eliminación de la disidencia política y la lucha contrainsurgente.
- La lucha contra las desapariciones forzadas y por la presentación con vida de los detenidos desaparecidos tiene que desarrollarse en el plano de la organización, movilización y la denuncia, al mismo tiempo que se desarrolla en el plano jurídico, de derechos humanos y mediático.
- La lucha contra las desapariciones forzadas no debe ser ajena a la lucha por cambiar las condiciones económicas y políticas que permiten que el Estado desaparezca de manera forzada a miles de personas.
- El quitarle el carácter forzado a las desapariciones que comete el Estado contribuye a la impunidad y a la confusión de las familias respecto a la responsabilidad estatal. El querer que todas las desapariciones estén dentro del concepto de desaparición forzada contribuye a diluir la responsabilidad estatal. No invisibilicemos la desaparición forzada.
- Los detenidos desaparecidos son del pueblo, pertenecen al pueblo y la exigencia de su presentación con vida es una demanda política que trasciende los lazos familiares y las militancias políticas, es una bandera de lucha que todos debemos enarbolar.
- La desaparición forzada es una política de Estado por comisión y aquiescencia y la desaparición a manos de particulares se comete gracias a la omisión del Estado. No diluyamos la responsabilidad del Estado. Ni Estado fallido, ni Estado incapaz o rebasado, lo que vivimos es Terrorismo de Estado.
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