El Partido Acción Nacional ha luchado siempre por la construcción de “una economía eficiente y moderna, equitativa en la distribución de oportunidades, responsabilidades y beneficios”. En los últimos años se han dado pasos muy importantes para lograr esa meta. Los gobiernos del PAN apostaron claramente por la transformación a fondo de la economía, a través de reformas que han traído nuevas posibilidades al desarrollo de nuestro país. En todo ello, el compromiso del PAN con la libertad económica ha sido clave para que México siga avanzando por la vía del progreso y eleve su competitividad frente al mundo.
Sin embargo, hay un tema de la agenda de libertad económica de Acción Nacional que había quedado pendiente: la reforma al sector energético. Nuestro país enfrenta grandes desafíos para modernizar esta industria, que es crucial para el crecimiento y el desarrollo. Los costos de la inacción son muy claros: si hoy miles de jóvenes no tienen oportunidades laborales; si hoy el Estado no cuenta con los recursos necesarios para brindar servicios públicos de calidad; si hoy las empresas enfrentan restricciones para invertir en México y generar más y mejores fuentes de trabajo es, en parte, debido a la baja competitividad de nuestra industria petrolera. Es hora de remover obstáculos del pasado y lograr que la riqueza del petróleo esté realmente al servicio de los ciudadanos.
De eso se trata la iniciativa de reforma energética que ha presentado el Partido Acción Nacional. Es una iniciativa que busca fortalecer a Petróleos Mexicanos (PEMEX), manteniendo su carácter de empresa del Estado, pero dándole autonomía de gestión y presupuestal para que pueda enfocarse en las actividades donde es más eficiente. La reforma busca además un PEMEX más transparente, que trabaje en beneficio de todos los mexicanos y que esté sujeto a las leyes de la competencia económica para incrementar así su productividad.
La propuesta busca también crear un nuevo régimen de concesiones para la exploración y producción de hidrocarburos, en donde participarán PEMEX, empresas privadas y empresas público-privadas. Y propone abrir a la competencia, con participación de PEMEX y de otras empresas, los sectores de refinación, petroquímica y transporte de hidrocarburos. México necesita ingresos y tecnología para desarrollar una industria petrolera de clase mundial, y eso es lo que la reforma busca para nuestro país, en un marco de mayor libertad económica.
En el siglo XXI, las naciones que tienen más soberanía no le temen al futuro, sino que lo enfrentan con la confianza que les da saber que cuentan con los recursos para superar sus desafíos. La reforma energética que ha propuesto el PAN desde hace décadas, es una propuesta que busca precisamente fortalecer la soberanía de México, ampliando nuestras oportunidades de progreso y expandiendo nuestras opciones como nación orgullosamente petrolera.
El petróleo es y seguirá siendo de los mexicanos. Lo que busca la iniciativa de reforma es que sus beneficios se multipliquen y lleguen, verdaderamente, a todos. No podemos esperar más: ésta es una oportunidad histórica para México.
(ERNESTO CORDERO ARROYO)