Por un lado tenemos los grandes festivales, como el Corona Capital, que se esmeran por sumar a sus carteles a las estrellas más cotizadas del mundo de la música. Por el otro, a los festivales que, benditos sean, atienden amorosamente a públicos más especializados
Ya hemos hablado del cartel del Corona Capital en este espacio. De su programación ecléctica. De su inmenso poder de convocatoria. Es, junto con el Vive Latino, el festival más importante de este país. En otras ciudades, cada día surgen nuevos festivales más o menos de las mismas características, pero a menor escala. Parece que deciden quién se presentará tomando únicamente en cuenta el número de likes, followers y reproducciones que tiene cada artista en redes sociales y plataformas musicales. Ese es el único criterio. Han encontrado en los metadatos una fórmula para sumar patrocinadores, vender boletos y hacer ruido. Y no digo que sean malos eventos, yo he ido a todos o a muchos y me la paso de lujo.
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Por suerte, hay otros festivales que parecen estar organizados por y para personas que realmente aman la música. O ciertas músicas que no son necesariamente las más populares. De entrada yo mencionaría el Nrmal, que cumple 10 años de existencia y promete grandes celebraciones el próximo 2 de marzo. Ya reveló el primer nombre de su cartel: Spiritualized. Otro festival, aunque más concurrido, que está regido por y para melómanos, es Ceremonia. Solamente se sabe que se celebrará el 6 de abril del año entrante, pero aún no hay avisos sobre qué artistas participarán.
“Por suerte hay otros festivales, que parecen estar organizados por y para personas que realmente aman la música”
Otro festival —aunque ellos en su comunicación oficial utilizan el término “plataforma”— con una trayectoria importante es MUTEK, que celebra 15 ediciones del 19 al 25 de noviembre próximos. Este festival ha sido, durante este tiempo, principalmente, un escaparate de la más fina música electrónica del mundo y de artistas visuales que trabajan con la tecnología como materia prima. Su cartel 2018 no es la excepción, incluye a figuras de primera línea como Actress, Smerz y Nathan Fake, entre muchos otros.
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De la nada apareció por ahí la versión CDMX de un festival llamado Cloak and Dagger, que celebrará su primera edición el 8 de diciembre en la casa de los Diablos Rojos, el estadio Fray Nano. Este festival lo produce una organización que en Los Ángeles empezó haciendo un evento semanal diseñado para sensibilidades oscuras y luego evolucionó a algo más grande. Tiene un cartel interesante que incluye a Echo & The Bunnymen, She Wants Revenge y The Faint, entre otros. Se recomienda —no es broma— ir vestido de negro.
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A mí el que más me entusiasma es el Hipnosis, que en su página se describe así: “Una liturgia de paisajes sonoros que esconden los clásicos sonidos del rock. Un ritual alabando la nostalgia. Una devoción hacia las guitarras de verdad y bajos que provocan una alteración en la psique. El festival albergará en su segunda edición sonidos que van desde la añeja psicodelia, hasta la sencillez y prominencia del garage. Pasando por excelentes propuestas emergentes de nuestro país que requieren más espacios de esta dimensión, la celebración también convoca a viejos lobos de mar para demostrar que aún existe el amor y carácter de crear pure rock & roll”. ¿No se emocionaron? Yo sí. Por ahí van a estar King Gizzard and the Lizard Wizard, Unknown Mortal Orchestra, Wooden Shjips, Alla-Lahs y muchos otros que se apegan a la descripción antes provista. Este se llevará a cabo el 6 de octubre.
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Habrá que sumar a la lista el Off Limits, de punk, hardcore y música extrema. Es el 29 de septiembre y en su cartel están presentes No Fun At All, los brasileños Ratos De Porão, Dwarves y algunos artistas nacionales. Para bailar slam —¿aún se usa?— sabroso.