Recién apareció el listado que hace Forbes de los DJs que más dinero recaudaron durante los últimos 12 meses. Hay varios motivos para estar molesto
Antes que nada quiero aclarar algo: admiro mucho, en general, a los DJs. Sobre todo a los de hip hop, quienes lograron convertir la tornamesa en un instrumento y que llevan casi 40 años buscando y consiguiendo hacer cosas innovadoras con él. Pero también a cualquiera que tenga suficiente sensibilidad y buen gusto (además de valor) para animar una fiesta. Yo he estado en sus pantalones y no siempre es fácil. Para acabar, confieso mi amor por los DJs que exhiben imaginación. Un set de los 2 Many DJs, por mencionar un ejemplo de cientos, me puede parecer sublime, una expresión artística, musical y audiovisual tan elevada como la que ustedes quieran.
Es decir, no soy de los que les resta méritos a los que eligen, ponen, mezclan y manipulan canciones. Tiene su arte y su ciencia. No creo que sean menos que un músico, como se ha llegado a sugerir en medios reaccionarios.
Sin embargo, no puedo evitar sentir enojo al revisar la lista de los pinchadiscos que más dinero ganaron durante el último año. Y dice así, entre paréntesis los millones de dólares embolsados:
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- Calvin Harris ($48.5m)
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- Tiesto ($39m)
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- The Chainsmokers ($38m)
- Skrillex ($30m)
- Steve Aoki ($29.5m)
- Diplo ($28.5m)
- David Guetta ($25m)
- Marshmello ($21m)
- Martin Garrix ($19.5m)
- Zedd ($19m)
Está integrada por gente que se caracteriza por sus sets predecibles y aburridos. Y hay unos que ni siquiera hacen algo en el escenario, salvo decir tonterías con un micrófono abierto, mientras suena una pista larga a la que solo le tuvieron que picar play. La excepción, me parece, son Skrillex y Diplo, quienes, lamentable, últimamente se mueven poco de su zona de confort. De momento se les nota muy contentos haciendo macanazos para Justin Bieber.
David Guetta lleva 20 años haciendo lo mismo. Bostezo. Tiesto ni se diga. Calvin Harris es un productor de pop muy solvente, que ha hecho un par de canciones sorprendentemente buenas en fechas recientes (revisen “Slide”, con Frank Ocean y Migos), pero también se cotiza bien, en parte, gracias a sus romances con estrellas como Taylor Swift. The Chainsmokers se han colado gracias a sus hits radiofónicos. Steve Aoki sí resulta inexplicable; llevo 40 minutos pensando en qué méritos puede tener y no se los encuentro.
El peor de todos es el tal Marshmello, un tipo de identidad desconocida que aparece en escena con un casco en forma de malvavisco. Casi una calca de lo que hizo Deadmau5 hace años.
Como se habrán dado cuenta, en la lista no hay ni una mujer. Pareciera ser que esto es cosa de machos. Tampoco hay algún artista que haga cosas innovadoras, impredecibles, que persiga algún tipo de originalidad ¿No que la música electrónica era vanguardia? Y sí, sé que es la lista de los más ricos, no la de los mejores ni la de los que tienen más onda. Ni modo, preferimos comprar boletos a quienes nos dan más de lo mismo. Pagamos por oropel.