Los carteles advierten: “Esta instalación no fomenta las corridas de toros”. ¿Perdón? Son 20 ridículas figuras de toros de lidia hechas en fibra de vidrio que sí buscan fomentar la asistencia a la Feria de San Marcos en el estado de Aguascalientes… pero específicamente no a las corridas de toros. ¿Es neta? Que en la Feria hidrocálida bastantes toros sean asesinados en el ruedo para regocijo de los aficionados a la crueldad hacia los animales, ha de ser una mera coincidencia entonces. Con tal disclaimer se desentienden de la cada vez menos popular “tradición” taurina. Han de creer que somos imbéciles. Es como cuando se atrapa al adúltero con las manos en la masa corporal de la amante, y dice, torpemente: “¡Te juro que no es lo que parece!”
Por si no quedó claro, soy antitaurino. La fiesta brava me parece tristísima. Festejar que un verdugo se esmere es atroz; vestirse de luces sólo le aporta ridículo. Se entiende que ya de entrada mi ánimo hacia la exposición Paseo Bravo, sobre avenida Álvaro Obregón de la colonia Roma, no sea favorable. Pero hasta eso mi queja va por otro lado: ¿en serio es necesario poner figuras tan desafortunadas? No habla nada bien de la Feria (si es que ése era el fin) y menos de la delegación Cuauhtémoc. Es de un gusto estético nulo. Es pseudo cultura y pseudo arte. Es una mera imitación del Cow Parade que de por sí apesta. Es una mala idea. Es, aunque lo nieguen, promover las corridas de toros. Señor delegado de la Cuauhtémoc, Alejandro Ramírez Fernández, ¿usted aprueba esas cosas? ¿con qué criterio?
La Roma ha entrado en franca “condesificación”: suena a proceso químico, pero en realidad es irse degradando en otra colonia Condesa. La antes tranquila y bella avenida Álvaro Obregón ha sido la primera damnificada de esta metamorfosis. Los sucesivos bares, bazares, restaurantes y boutiques le han dado su toque pintoresco-hipster, pero como dirían los propios hipsters: me dejó de gustar cuando se volvió tan mainstream.
Como la proliferación de comercios no basta, la delegación ha decidido que el camellón de la avenida es ideal para exposiciones al aire libre. Que de vez en cuando el espacio público se intervenga con alguna iniciativa cultural puede dar variedad al paseo. Pero no todo el tiempo y menos con cualquier pretexto. Al día de hoy, las cuatro exposiciones simultáneas en esa avenida son de un gusto que va de dudoso a malo. Pero la de los toros ya es inefable. La buena noticia es que la quitan este 30 de marzo. Me preocupa qué pondrán después.