MANUAL DE LA NUEVA CIUDAD DE MÉXICO

Estas son las instrucciones que deberán seguir los políticos de la ‘nuevecita’ CDMX para contarnos la historia de la misma gata, pero revolcada…

  1. Mismo sistema, pero revolcado.

No se necesita una inteligencia superior al tamaño de la Estela de Luz para saber que a pesar de que le sustituyan el nombre al Distrito Federal, los defectos administrativos de la capital seguirán ahí sin cambiar ni tantito. ¿O apoco usted cree que la corrupción también desaparecerá de las nuevas oficinas? Sin embargo, la clase política chilanga deberá hacernos creer que la magia sí llegará junto con una ilusión de transformación y mejoramiento en la administración pública, aunque todos sepamos que no será más que la misma gata (DF), pero revolcada (Ciudad de México).

  1. CDedazoMX

Se revivirá el ya famoso: “Lo que diga mi dedito”, que inmortalizó el Peje cuando fue Jefe de Gobierno y que ahora podría estar más vigente que nunca al elegir, a dedazo limpio, a los diputados constituyentes que escribirán la nueva Constitución. Si bien los ciudadanos vamos a elegir a 60 diputados, los otros 40 serán bendecidos por el dedo-todo-poderoso. ¡Es la verdad! Para qué le damos más vueltas. ¿Y quién será el ganón? ¡El PRI! El PRI que permitió que pasara la reforma en el Congreso. Así que hay que honrar la palabra y pagar las deudas. Podrían ser hasta 22 constituyentes priistas. #ZasCulebra

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  1. A gastar que el mundo se va a acabar

Como ya estamos estrenando nueva ciudad, habrá que modificar todo. Todo. Con el nuevo estatus constitucional, habrá que pagar nuevos sellos, papelerías, uniformes, logos por todos lados… Pero además: las nuevas autoridades (que serán las mismas, pero revolcadas, como ya lo dijimos) podrán poner en donde está el Ángel de la Independencia un prinosaurio alado; en lugar de la Diana Cazadora, consideren esculpir a un hombre de traje y corbata cazando el moche; en lugar del monumento a la Raza, habrá uno a la Transa… ¿O a poco la transa desaparece cuando le cambias el nombre a algo?

  1. ¿Cómo nos van a decir?

Existe un gran debate sobre cuál será nuestro gentilicio. “Mexiqueños” puede ser uno de ellos, pero como nadie lo usa porque suena más horrible que la Línea 12, pues parece que el “chilango” es el que se quedará, aún cuando hace años se le decía así a los que venían al DF procedentes de otros estados. ¡Pero como ya somos “del interior” porque ya somos “otro estado” #AhoraQueElDFEsProvincia debemos buscar otro gentilicio! Puede ser ‘Tortadetamaleños’, ‘Taquenses’, ‘Mordelosenses’, ‘Transeños’…

  1. La CDMX por la ventana

No hay que escatimar en los gastos para la fiesta por la nueva máscara. Aunque todos sepamos que los verdaderos cambios vienen de lo más profundo (los ciudadanos activos que hace posibles a las ciudades), sigue habiendo políticos que creen que a billetazos se resuelve la cosa… Pero no. O, a ver, díganle al INE que deje de necear. Resulta que el Instituto Nacional Electoral quiere gastar 600 millones (pagados por los capitalinos, pero también por los impuestos de los guerrerenses, tamaulipecos, campechanos, veracruzanos, etc.) para elegir a… 60 constituyentes. 10 millones nos costará elegir a cada diputado constituyente. ¡Mientras 10 millones de mexicanos viven con seis mil pesos al mes! #NMMR