Este es un manual muy políticamente incorrecto. Sí, hay automovilistas criminales y potencialmente criminales que se escudan en el volante y manejan con la impunidad de una máquina; existen los peatones que caminan con un fuero que les hace creer que pueden caminar como se les pegue la gana, sin orden o respeto por su vida o la de los demás. Pero hoy toca que hablemos de los ciclistas.
- Ciclista: es importante tener una dosis de imprudencia, de criminalidad, de cinismo y de desvergüenza.
- Una vez obtenido lo anterior, pedalee su bici por las banquetas, sí, las banquetas. Si se le cruza una ancianita, un niño o cualquier peatón, nomás écheles un chiflido. Si no le abren paso, pégueles, atropéllelos o miénteles la madre. Ni que todos respetáramos la ley. Ni que hubiera suficientes ciclovías en Chilangolandia.
- Sea imprudente: pásese el alto del semáforo, cruce avenidas por donde no debe, al fin si lo atropella algún automovilista responsable, la culpa nunca será suya, sino del que vaya al volante.
- Defienda su irresponsabilidad con argumentos como: el vehículo más grande, siempre tendrá la culpa. Ejemplo: El coche siempre será responsable sobre la bici. Aunque el bicicletero haya sido el imprudente. Aunque no lo crea, así piensan algunos grupos de ciclistas organizados.
- Use su cel mientras pedalea. ¡Se ve súper cool!
- Baje de peso: sea ciclista. El mejor chiste que me han contado.
- Los automovilistas se creen dueños de la calle; los peatones se creen dueños de las banquetas; los ciclistas se creen dueños de todo. Sabiduría popular.
- Siéntase cirquero: lleve a su hijo sentado en el tubo frente a usted, a su sobrino en los diablitos y vaya cargando a un bebé. Es importante que ninguno use casco.
- Toree los coches, pedalee entre ellos, si puede golpear un retrovisor, mejor. Si el automovilista se da cuenta y lo ve con ojos de furia, huya.
10. Ciclista: sea intolerante a las críticas y no ejerza la autocrítica.