Cuando creíamos que en esta administración nada podía empeorar, la cosa empeora. Regresa el que se fue y nos dice “No sé nada de diplomacia”, pero seré su Canciller. México sigue aguantando.
El estupendo
Sepa que un buen priista sobrevive a los golpes del destino; pero un estupendo priista le ordena al destino votar por él. Luis Videgaray es un estupendo priista.
Gatopardismo
Mientras usted sea diputado federal, condene al gobierno en turno (el de Calderón) por subir los precios de las gasolinas. Luego, cuando usted sea secretario de Hacienda en el siguiente sexenio, libere los precios de las gasolinas, y antes de que comience la madriza en su contra, salga de su oficina. Deje en su lugar a un presidenciable que sea el pararrayos ante las protestas y saqueos.
Frente al espejo
No olvide que usted, sobre todo, es un operador político, un estratega, un broker de la política, la mano que mece la cuna, la voz que escucha el poder, la mano capaz de crear el poder. Repítaselo frente al espejo. Ha ganado todas las campañas electorales que ha coordinado, ha encumbrado a los suyos y ahora usted se merece todo y más. Vaya: es su guerra y es su galaxia (como en su película favorita).
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Mago
Haga magia, cree ilusiones. Fue su idea y error traer a Trump a México. La visita resultó un mitin exitoso para el peor enemigo de México. Cuando comience la madriza en su contra, hágase a un lado. Cuando la gente en la calle lo condene, sus lacayos en la prensa dirán que usted es un dios irrepetible que supo ver lo que nadie: el triunfo del que hizo de nuestra humillación su trofeo. Pero el destino escuchó su orden y todos (sus lacayos) claman su regreso.
Priista pródigo y prodigio
Usted debe regresar, pero ahora como Canciller para salvar a México, como el Time supuso erróneamente sobre su jefe. Nadie recordará que con usted el peso se devaluó, que desde su oficina se planearon los gasolinazos, que desde su escritorio observó cómo los gobernadores de su partido saqueaban a sus estados. Su misión es ahora ¿contra?, ¿junto a Trump?, ese que provocó su salida y su regreso. Ese que lo quitó y lo puso. Ese con quien usted quiere tratar, no como Canciller, sino como Presidente priista.