Estas son las instrucciones para marchar el lunes cuando se cumplen dos años del día en que nos dimos cuenta que estábamos equivocados al pensar que “Ya nada puede peor” en México.
43 dolores
Los mexicanos tenemos hartitos defectos, tal vez de los peores está la desmemoria. Olvidamos los agravios, los abusos, el terrorismo de Estado y por eso nos los siguen recetando con total impunidad. Este lunes no seamos víctimas —nuevamente— de nuestra amnesia y recordemos que hay 43 mexicanos que, junto con miles más, siguen desparecidos. ¿Se imaginan el dolor, la muerte en vida de esas familias que todas las noches esperan el milagro del regreso del desaparecido?
Milagros esperados
Hablando de milagros: yo creo que sí existen. Un milagro, entre otras cosas, es ver ocurrir algo que nunca pensamos que sucediera. ¿Y cómo sucede? ¿Por gracia del cielo? Nel. Es una suma de voluntades. Por eso el lunes debemos sumar voluntades para que aparezcan los 43, los miles de desaparecidos y secuestrados y que sonrían o por lo menos estén en paz las familias. Para que el Estado que desapareció a los 43 se de cuenta que nuestras voluntades están dispuestas a permanecer unidas hasta que el negocio de la impunidad y la pobreza terminen.
Nacos con lentejuelas
Hay que salir a las calles el lunes para levantar la mano, la voz, el corazón, gritándole a la mugrosa, naca y vulgar clase política (salvo excepciones y lentejuelas) que gobierna este país, que nos están dañando, que no olvidamos y que tienen que responder por los agravios cometidos por monstruos disfrazados de policías, gobernadores o alcaldes o jueces o ministerios públicos impúdicos y traidores. Los mexicanos ya no aguantamos.
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O-varios
La desmemoria es criminal. Por eso hay que recordarles a los inmorales del poder que tienen una lista de pendientes por cumplirnos; que los mexicanos cuando se unen, cuando exigen el bien para la mayoría y paran en seco los abusos del poder, entonces ocurre un milagro. O varios. Ovarios y cojones es lo que necesitamos sumar para exigir paz y justicia.
Spots cínicos
Si lo bueno no se cuenta, pero cuenta mucho, no nos queda más que contar con nosotros mismos. Exigir justicia, porque para eso contratamos a los del poder a través de las urnas, para eso les pagamos y porque simple y sencillamente somos los jefes de las administraciones que tienen que trabajar por nuestro bien y no por su beneficio político en campaña, en los gobiernos o quedando bien con el crimen organizado y los poderes fácticos que se oponen al milagro.