Habrá que esperar qué dice la justicia (es un decir) mexicana sobre la muerte de Rubén Espinosa. ¿Quién lo mató? ¿Cuál fue el móvil? ¿Porque si había sido amenzado nadie lo protegió?¿Chilangolandia es un lugar seguro para los periodistas? Este es el Manual que deben seguir los poderes fácticos a los que tienen hasta la madre esos reporteros que insisten en la rendición de cuentas, que revelan de transas, que investigan corrupción y otros delitos del poder. Periodistas a los que los gobiernos ni ven, ni oyen.
1.- Siéntase el “Héroe de esta película, Papá”. Usted es el verdadero poder, chingau. Gobernador, empresario, narco, líder criminal, funcionario público de cualquier nivel, poder fáctico en general, usted en México puede hacer lo que se le hinche. #VamosMiChingón
2.- Identifique a ese medio que le descubrió una transa. Échele ojo a ese reportero que quiere informar a la sociedad lo que usted no quiere que se sepa. Ubíquelo, ¡y que comience la acción!
3.- Adviértales a los reporteros que le bajen de agua a los frijoles o usted les sacará un susto, a ellos y sus familias. Siga el ejemplo del mirrey de chocolate con-nariz-de-caca-hua-te, Javier Duarte, presunto gobernador de Veracruz (estado más peligroso en el mundo para un periodista), quien les advirtió a los colegas: “Y se los digo por ustedes y por sus familias, y por mí y por mi familia, porque si algo les pasa a ustedes, al que crucifican es a mí (sic): Pórtense bien”. Veo a Duarte y me pregunto: ¿Qué hicieron los veracruzanos para merecer semejante tipo? Votar por él y su partido, así de simple.
4.- Sobre advertencia no hay engaño. Además, hay que admirar el exitazo de la impunidad en Veracruz: 15 periodistas asesinados, cuatro desaparecidos, 37 exiliados y 12 ataques a oficinas de medios locales. ¡Hasta AlQaeda se ruboriza con las cifras! La masacre en Charlie Hebdo se quedó corta.
5.- Si como funcionario público su responsabilidad es garantizar la integridad y seguridad de los periodistas amenazados, ¡muérase de la risa en la jeta de ellos! ¡No haga nada! Al fin no hay quien le pueda a usted reclamar complicidad u omisión alguna. Una vez asesinados, agarre a dos que tres chivos expiatorios, tortúrelos y hágalos declarar que fueron ellos los asesinos. Aunque no lo sean…
¡Es México!
6.- Recuerde: más vale una sociedad ignorante y desinformada. Así es más fácil domarla.
7.- Señor narco o líder de la delincuencia (mejor) organizada: seguramente ha sido, ¡oh, Dios!, víctima de los desalmados periodistas que se inmiscuyen en sus negocios. Es cuestión de que se moche con unos billetes al mando policiaco correcto ¡y voilá! ¡Adiós reportero metiche!
8.- Si bien los periodistas no son el mensaje, sino el mensajero, usted no tiene tiempo para andar filosofando. Ametralle parejo.
9.- ¿Es usted Presidente de México? Demuestre que le vale madre lo que pasa con los periodistas en riesgo. Diga que siempre hay un país peor que México. Esa foxada (Fox dixit) siempre funciona.
10.- ¿La sociedad exige dar con los responsables? Dígales otra de sus “verdades históricas” (PGR dixit): fue un crimen pasional. Y tan-tán.
(Nacho Lozano)