México, a dos semanas; por @lucianopascoe

Hace dos semanas escribí sobre cómo imaginaba el país después de las elecciones.
Va aquí un recuento. Algunos aciertos, unos errores y muchas sorpresas.
Dije: “PRI y PAN acumularán 60% de los votos… 40% restante estará concentrado en cuatro partidos más, tal vez cinco”. Me quedé infinitamente corto. PRI y PAN juntos no llegan a 50%. Y más aún la fuerza de los otros partidos es notoria como nunca. Verde, PRD, Morena, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza y Encuentro Social, todos tendrán fuertes representaciones legislativas.
Así pues el bipartidismo mexicano sí existe pero es increíblemente débil, y o se apalanca en gobiernos exitosos o vendrán tiempos cada vez menos luminosos para los partidos y tradicionales.
Curiosamente, cuando uno contrasta votos contra representación (PRI, 29% de votos -40% de diputados) descubre que en efecto los abstencionistas y anulistas beneficiaron a los incumbentes.
El PRI es la primera minoría en la Cámara. Se confirma: que el desgaste de la Presidencia no marcó una gran debacle tricolor, apenas unos puntos.
Del PAN dijimos: “… será segundo (…). Sin embargo, sigue sin parecer una oposición marcada… El lunes empieza 2018 para el PAN”. Y tal cual, a una semana del proceso ya tenemos precandidaturas presidenciales por doquier. Entre ellas la de Margarita Zavala. El error estuvo en su votación. Pensamos que sería mejor y la verdad fue mala. Muy mala.
Sobre el PRD tal vez cometí el peor pronóstico. Sabíamos que caería. Sabíamos que se iría a codear con las cuartas fuerzas, pero este desplome en el Distrito Federal no lo vimos venir. Lo que sí atinamos y sigue vigente: “Este partido político vive un momento de evolución que puede irse a pique si no logran consolidarse como una fuerza sólida y confiable”.
Reitero lo dicho hace dos semanas: “Morena es Andrés Manuel y el lunes sabremos de qué tamaño es la estructura lopezobradorista… Pero no lo duden, López Obrador está de regreso”.
Aseguré que “sólo Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza conservarán registro. Lo perderán PT, el Humanista y todo apuesta a que Encuentro Social también”. Error, Encuentro Social y sus huestes evangélicas demostraron que tenemos, ya, el primer partido cristiano de México.
La gran lección de este proceso electoral fue la pulverización electoral. Más que El Bronco, o que Alfaro en Jalisco, la gran realidad es que las fuerzas políticas están cambiando de dos o tres hegemónicas, a múltiples fuerzas regionales específicas. Y el ejemplo más salvaje y, por ello, contundente fue el Distrito Federal.
Para muestra un sencillo botón: las delegaciones Álvaro Obregón, Coyoacán y Gustavo A. Madero se ganaron con menos de 25% de los votos. Algo nunca antes visto en la ciudad y clara demostración de la enorme pluralidad o dispersión del voto.
En la siguiente Ciudad en llamas, analizaremos justo las cenizas después del incendio. Cómo queda la metrópoli y quiénes quedan vivos en ella.

(LUCIANO PASCOE)