En los días siguientes al siniestro de la Guardería ABC de Sonora, una estancia infantil del IMSS subrogada a particulares influyentes tanto del PRI como del PAN, la que fuera una relación estratégica en los cuestionados comicios presidenciales del 2006 se había convertido en una guerra declarada entre el gobierno federal de Felipe Calderón y el estatal a cargo de Eduardo Bours.
A cinco años de distancia de una tragedia de proporciones casi bíblicas, de una lista de nombres que abarca a Juan Molinar Horcasitas, Daniel Karam y Eduardo Bours, así como a priistas y panistas socios de la estancia infantil, en el punto extremo están los senadores Ernesto Gándara y Claudia Pavlovich, quienes formaban parte de la red de corrupción que permitió operar a la Guardería ABC pese a una larga lista de irregularidades bastante documentadas: ahora Gándara y Pavlovich no tienen pudor alguno para aspirar a gobernar Sonora.
Por aquellos días de 2009, una semana antes de que Bours dejara el poder viajó a Los Pinos para tomarse el café que le había invitado el entonces presidente Felipe Calderón.
– Se manejó muy mal lo de la guardería ABC- le dijo a botepronto su anfitrión.
– ¿Dónde está el manual que diga cómo se debe manejar un incendio en el que mueren 49 niños?- respondió Bours.
Cuatro días después de la tragedia ocurrida el 5 de junio, Bours confirmó en entrevista telefónica con la periodista Carmen Aristegui que una de las beneficiarias de la subrogación del IMSS era Marcia Matilde Altagracia Gómez del Campo, prima de la ex primera dama, Margarita Zavala, lo cual provocó malestar en el gobierno federal. En los días siguientes, Milenio y El Universal revelaron, previa filtración de documentos, que otros amigos y familiares de Bours también eran beneficiarios de estancias infantiles subrogadas.
El domingo 21 de junio de 2009, el IMSS anunció que demandaría civilmente a la administración sonorense por el siniestro. Un día después de este anuncio, el entonces gobernador de Sonora llamó al ex secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, con quien tenía una vieja relación de amistad.
-Dile a Molinar Horcasitas que ya le baje o le seguimos hasta donde tope- pidió Bours.
– No es él- contestó Gómez Mont.
– Claro que es él. ¿A poco crees que me la voy a creer que es Karam? Molinar es el titiretero de todo esto.
Gómez Mont le dijo ese día a Bours que en los resultados de los sondeos de opinión que se estaban haciendo, al gobierno de Sonora le achacaban menos que al IMSS la responsabilidad por el siniestro. “¡Pues claro que sí, porque el Seguro Social es el responsable”, habría dicho Bours, de acuerdo con amigos de él. “Pues eso no lo vamos a permitir”, acabaría Gómez Mont con la conversación.
Para ese entonces, las protestas encabezadas por los padres de los niños fallecidos, entrezmecladas con el proceso electoral, eran cada vez más numerosas y enérgicas en sus reclamos. Bours, de acuerdo con un informe oficial, visitó en sus casas a 32 de los 49 padres que perdieron a sus hijos durante el incendio, pero no pudo aminorar el enojo de los deudos. La visita más difícil de este tipo, coinciden sus cercanos, fue la que hizo a Patricia Duarte.
Duarte, madre del pequeño Andrés Alonso lo encaró directamente y le exigió que encarcelara a los dueños de la guardería por no cumplir con las medidas de seguridad.
A la larga, la mamá de Andrés Alonso se convertiría en una de las principales participantes del Movimiento Ciudadano por la Justicia 5 de junio, junto con Abraham Fraijo, Roberto Zavala y Julio César Márquez.
El hecho de que los propietarios de la guardería incendiada -dos altos funcionarios de gobierno y un conocido recolector de fondos del PRI- tuvieran vínculos con el poder y el que no fueran detenidos ni encarcelados, aumentaba el malestar entre los deudos, quienes acusaban a Bours de proteger a sus amigos. El equipo del ex mandatario asevera que no podían hacer nada para detener, ni siquiera para arraigar a los dueños debido a las leyes vigentes, y que incluso, cuando trataron de hacerlo con el representante legal, Marcelo Meouchi, fracasaron.
Por esos días, el periodista Ramón Alberto Garza, director de Reporte Índigo, llamó a Bours para pedirle una entrevista en medio de la crisis. Al final le recomendó que para atender la problemática le hiciera como los patos, que se meten al agua y luego se sacuden. O sea, que detuviera a los dueños de la forma en que pudiera, y luego, si estos quedaban en libertad, se desentendiera.
Él habría cumplido. Alberto Escalante, Sandra Téllez, Marcia Gómez del Campo, Gildardo Urquidez y Antonio Salido, los dueños de la guardería, no querían dar la cara tras los sucesos. La única conferencia de prensa que han dado fue gracias a la presión que ejerció el ex mandatario, quien les exigía que se se responsabilizaran públicamente.
Esos días fueron ríspidos y como resultado quedó una mala relación entre casi todos los dueños y Bours. Meses después, durante la boda del empresario Alejandro Calles, Bours y Sandra Téllez se toparon, pero la dueña de la Guardería ABC le volteó la cara al ex mandatario y evitó saludarlo.
Todos se culpaban a todos del mal manejo de “la crisis” y obstruían la investigación judicial desde sus trincheras; la muerte de los 49 niños parecía una variable más de las frías y torpes intrigas en las que se desenvuelve nuestra subdesarrollada clase política.
En tanto, un joven obrero de la Ford, Roberto Zavala, después de velar a su pequeño hijo fallecido en el siniestro, participaba en la primera marcha de su vida y decía esto frente al Palacio de Gobierno de Sonora:
“Entre el IMSS, los socios de la guardería, la persona que rentaba la bodega a Hacienda, ninguno ha aceptado su parte de culpa, pero hay un responsable que sí está aceptando la culpa y la lleva en las espaldas, ¡ese soy yo!”. “Yo soy el principal responsable por ser una persona honrada que tiene un empleo, como todos los que estamos aquí, por tener que cumplir con un horario de trabajo, por tener la seguridad social que me dio la oportunidad y me dio la elección de que entrara mi hijo a esa guardería donde me dijeron que contaba con todas las medidas de seguridad”.
“Yo tengo la culpa por confiar, yo tengo la culpa por pagar mis impuestos, yo tengo la culpa por ir a votar, yo soy el responsable de la muerte de mi hijo. Señor gobernador ¡Aquí está uno de los responsables que está buscando! ¡Venga por mí, aquí lo estoy esperando! Estoy harto. Es demasiado que se estén burlando de nosotros. Que nos digan que todo está bien, cuando sabemos que México es una basura, todo en las noticias, corrupción, narcotráfico. Ellos se burlan de nosotros y yo soy culpable por dejarlos. Yo buscaré al responsable de todo esto, a todos los culpables. Si no hay justicia por parte de las autoridades, habrá venganza por parte del pueblo”
A cinco años de distancia sigue sin haber justicia ni tampoco venganza.
México no debería mandar a la basura la muerte de 49 niños a causa de una red de corrupción que hoy permanece impune.
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(DIEGO ENRIQUE OSORNO / @diegoeosorno)