No dudo que sea una forma muy simplista de verlo, pero es innegable que el saldo de las primeras 24 horas del operativo en Michoacán puede resumirse así:
– Cuatro pobladores muertos (La Sedena reconoce dos y argumenta que fue por la resistencia que presentaron)
– 11 heridos
– Autodefensas desarmados y luego rearmados, por la presión de los pobladores.
– Ningún Templario detenido o desarmado
– Y muchos policías y militares en Apatzingán
¿Qué más agregarían?
Claro, me dirán que es muy pronto para adelantar qué va a pasar en los próximos días, pero espero coincidan que este primer balance no permite ser optimista.
Más aún, este saldo provisional sirve también para dejar en claro que el operativo diseñado para Michoacán tiene como primer objetivo desactivar a las autodefensas, con el pretexto de que minan las instituciones, antes que restablecer la seguridad.
Es decir, parece pues la respuesta a la presión del desfalleciente gobierno michoacano (que ha visto avanzar a las autodefensas por su propia incompetencia) y de una serie de opinadores y activistas que han insistido que estas autodefensas están fuera de la ley, que tienen presuntos vínculos (no demostrados) con otros grupos de narcotraficantes y que no son el camino óptimo para resolver los añejos problemas del estado, antes que la respuesta a una demanda ciudadana: salven a Michoacán.
Mal saldo y mal las motivaciones. Con esa base, ¿habrá buenos resultados?
Los grupos de autodefensas, además, tienen derecho para al menos sentirse confundidos y desconfiar.
Surgidos hace un año, han visto cómo el gobierno federal ha cambiado su posición sobre ellos media docena de veces.
Recuerden que fue el 24 de febrero cuando se presentaron “formalmente” con la toma de La Ruana y Tepalcatepec. Ni el Ejército ni la policía estatal los combatieron entonces. Ni siquiera porque estos grupos arrestaron a policías municipales y expulsaron a autoridades.
Fue hasta marzo cuando, por primera vez, el gobierno federal se puso duro con ellos. Detuvieron a medio centenar y fue cuando soltaron, por primera vez, el rumor de que en realidad apoyaban al Cártel Nueva Generación de Jalisco, adversarios de los Templarios.
¿La orden era combatirlos? No, porque no había terminado el mes de marzo cuando ya había patrullajes conjuntos del ejército y las autodefensas en La Ruana.
Entre abril y julio, las autodefensas avanzaron y el gobierno volteó para otro lado. Murieron decenas de autodefensas en sus combates con los Templarios y de la policía estatal o del Ejército, ni sus luces.
En agosto les dio otra vez por detenerlos con el pretexto de que usaban armas de uso exclusivo del Ejército. Pero en octubre y noviembre volvieron a trabajar juntos: patrullaban, colaboraban, intercambiaban información…
Y en enero, de nuevo se dio la orden de combatirlos.
¿Quién entiende?
Sé que lo han leído una y otra vez, pero no está de más recordar que las autodefensas nacieron por la incapacidad de los gobiernos federal y estatal de brindar seguridad. Y, a pesar de todo, lo cierto es que, en este año, estas autodefensas habían logrado “liberar” comunidades, como no habían podido hacer ni autoridades locales ni federales.
¿Que no es la solución ideal? Claro que no. Está claro que están fuera de la ley, que portan armas de uso exclusivo del Ejército, que siempre existe el riesgo de que hagan justicia por su propia mano. Pero insisto: fue la única medida que funcionó.
Ninguna del gobierno federal ha tenido tales resultados.
No sugiero que se les tolere, por supuesto, pero ¿por qué el gobierno federal no optó por un operativo que incluyera y legalizara a los grupos de autodefensas, surgidos de la misma población y conocedores, como nadie, de la zona? ¿Por qué prefirieron el choque?
Por eso creo que el enésimo operativo gubernamental está mal fundado y tiene los objetivos equivocados.
¿Por qué permitir –insisto- que, apenas en el primer día, haya cuatro muertos (o dos, no importa la cifra, porque uno solo sería inaceptable)?
¿Por qué respaldar a un gobierno estatal que ha demostrado, una y otra vez, que no sirve?
¿Por qué, pues, tener como prioridad enfrentar civiles?
Espero que el operativo de Michoacán ahora sí funcione. Pero visto el saldo del primer día, decía líneas arriba, no me queda mucho optimismo. Tampoco puedo estar de acuerdo que se enfrente a civiles, antes que a narcos.
Esperemos a ver qué ocurre en el estado. ¿Será cierto que aquello que mal empieza, mal acaba?
(DANIEL MORENO CHÁVEZ / @dmorenochavez)