MANUAL PARA CONSTRUIR VERDADES HISTÓRICAS

  1. Criminalice a las víctimas. Diga que eran narcos –de perdida adictos- para desactivar la exigencia de justicia, confundir y asegurar que nadie le mueva al caso.
  2. Agárrese en la calle a desempleados con historial manchado, dícteles su autoconfesión (si no colaboran con memorizarla pregunte al Ejército técnicas eficaces de disuasión) y preséntelos a los medios (asegúrese de maquillar golpes). Con lo que confiesen usted ya tiene su Verdad Histórica.
  3. Filtre a la prensa partes del expediente. Utilice a reporteros amaestrados y columnistas que deben favores y fíltreles especialmente las confesiones que refuerzan su verdad.
  4. Filtre más. Más. Esmérese en sembrar en columnas privilegiadas los datos que más se ajusten a su narrativa (ciertos o no, a nadie le importa).
  5. En caso de que algún reportero pida acceso al expediente por transparencia, entréguele un documento tachado [vea la hoja negra de muestra en el anexo], argumente que es información reservada (compórtese siempre igual aunque la petición sea sobre un caso de violación grave de derechos humanos). Quítele el deseo de consultar el expediente: exíjale que pague por las fotocopias el dinero que no gana en un año, póngale atrás un soldado, pídale sus datos personales o entréguele un documento erróneo o mal escaneado. Si interpone recurso de revisión vuelva a seguir las mismas instrucciones.
  6. Consienta a aquellos columnistas que entienden que es de patriotas cuestionar a los defensores de derechos humanos en lugar de cuestionar la impunidad. Aliméntelos, tienen hambre y una columna diaria por llenar. OJO: Organícelos bien para que no trascriban el mismo argumento con las mismas palabras el mismo día. Eso delataría la línea recibida.
  7. Neutralice a los extranjeros que gustan de opinar (aquellos que hacen cartas de apoyo, convocan a movilizaciones, declaran sobre el tema). Una ‘llamadita’, una ‘visita’, un ‘recordatorio’ de nuestra Cancillería puede ayudar [estudie el caso “Papa Francisco”].
  8. Ponga en juego esas granjas de bots y trolls que con esmero ha cultivado para que embarren sus comentarios (con groserías, amenazas y descalificaciones, todo vale) bajo los reportajes de quienes cuestionan la actuación de nuestro H. Gobierno Mexicano. Suéltelos como jauría rabiosa para que cacen en redes sociales a esos enemigos que no han aprendido a respetar a las instituciones.
  9. Cuando los destinatarios de sus acciones cuestionen su proceder, mande de inmediato un boletín negando la acusación, agregue algunos golpes bajos y deje espacio doble para los mensajes entre líneas. Asegure que lo publiquen en portada los medios que tiene en la nómina [consulte base de datos anexa tomos A a Z]. Si los increpadores son extranjeros recurra al nacionalismo. Si son científicos contrate a otros e invénteles credenciales. Si son pocos écheles montón numérico y argumentos sentimentales (Ejemplo: ‘¿Cómo se atreven unos pocos argentinos a dudar del trabajo de más de 100 esforzados peritos mexicanos?’).
  10. En casos extremos, organice para su Jefe/a un tour por medios alineados en el que asegure que directores de periódicos, columnistas famosos o estelares de televisión anuncien como exclusiva la entrevista donde Éste/a aparecerá como víctima agraviada por haberse dudado de su compromiso con la patria. Asegúrese de pactar antes las preguntas para cumplir el guión y de engordar el sobre con el que retribuye a la prensa oficiosa por sus servicios.
  11. Aprenda de las enseñanzas que nos han legado otras administraciones que se la han jugado para cuidar la imagen de nuestro país [Consulte en los anexos cómo operaron los mecanismos de la impunidad en los expedientes Tlatelolco, Halconazo, Guerra Sucia, Acteal, Feminicidios, Colosio, Posadas, Aguas Blancas, El Charco, Brad Will, Oaxaca, Atenco, Desaparecidos, etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc., etc.].
  12. Interiorice nuestra máxima: En México pasa todo y no pasa nada. En México nada se resuelve, todo se pudre.

LEE LA COLUMNA ANTERIOR DE MARCELA TURATI: LA ORACIÓN DE FRANCISCO EN MÉXICO

Artículo anteriorVisiones fragmentadas
Artículo siguienteEl agua, tesoro de Los Colomos
Fundadora de la Red Periodistas de a Pie. Colaboradora en la revista Proceso. Autora de "Fuego Cruzado: las víctimas atrapadas en la guerra del narco". Ganadora de varios premios internacionales entre los que destaca el Premio de Excelencia de la FNPI, Premio Wola de Derechos Humanos y Premio a la conciencia e integridad en el periodismo de la Fundación Nieman de la Universidad de Harvard.