Narcoentretenimiento

La Semarnat anda de capa caída. Después del abucheo generalizado que recibió por su vínculo con los ecocidas, anda buscando maneras de reivindicarse. Nadie lo ha podido comprobar aún, pero el rumor crece y crece de que la Semarnat está metida en algo gordo, extenso, oneroso, y que por eso no ha defendido como los empresarios esperaban el “proyecto Tajamar”. Convencida de que uno de los recursos más turísticos con los que cuenta nuestro país, es el morbo internacional por el universo del narco, se rumora que ha autorizado la construcción de un parque de diversiones en las sierras de Sinaloa. Según los cálculos de los inversionistas, las ganancias de este parque temático superarán las de Euro Disney, ya que ningún otro parque temático se le asemeja ni puede competir con él en materia de originalidad y tampoco de adrenalina. En esta feria gigantesca el objetivo principal será proporcionar al público emociones fuertes.

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El nombre tentativo del proyecto es Chapolandia, y las atracciones secretas que con total sigilo se construyen en él van desde el tiro con “cuerno de chivo” hasta otras más sofisticadas como la carrera en moto o la llamada “escápese usted mismo”, en la que el participante debe hacer uso de toda su creatividad y sus dotes de contorsionista para escapar de una celda de alta seguridad y trasladarse hasta una atracción llamada El castillo de Kate, situada en el punto opuesto del mapa. Para los menos diestros, el parque ofrece atracciones como la rueda de la mayor fortuna o talleres de manualidades, entre los cuales destaca la construcción de túneles subterráneos, el desfile de sombreros, el premio al mejor bigote o el concurso de tuits románticos.

A lo largo del paseo, los turistas podrán disfrutar de una serie interminable de narcocorridos o relajarse en una cantina llamada “La tercera es la vencida”. El parque también cuenta con un motel, un paseo por plantío de mariguana o por el jardín de las amapolas, donde lo espera la oruga fumadora de opio.

“Todos los cerebros del mundo son impotentes contra cualquier estupidez que esté de moda”, decía Jean de La Fontaine. Esa es la frase que al parecer inspiró este colosal proyecto, que ha conseguido entusiasmar a inversionistas japoneses y escandinavos, pero sobre todo norteamericanos, entre los cuales se cuenta al republicano Donald Trump. Según nuestra fuente secreta, éste habría exigido, como capricho personal, la construcción de un juego de su propia invensión llamado “El vigilante”, que consiste en abatir hologramas de ilegales mientras escalan el muro que divide la frontera. Ahora que el precio del petróleo ha encajado un poderoso knockout, la Semarnat tiene como objetivo rescatar la economía mexicana, y a eso se avoca en el más absoluto secreto. Sin embargo, si usted está interesado, puede hacer una oferta onerosa con un tuit y conseguir un lugar en la inauguración o una estrella con su nombre en “La explanada de los implicados”.