Primer disparo
En lo que va del presunto “gobierno” de Enrique Peña Nieto, han sido asesinados 10 periodistas. 2016 ha sido el año más violento de su administración. El maldito infierno.
Segundo disparo
¿Y saben quiénes son la peor amenaza para los periodistas? ¡Los funcionarios públicos! Ni más, ni menos. Según la Sociedad Interamericana de Prensa los gobiernos representan el mismo peligro que los narcos.
Tercer disparo
Peor aún: en México el nivel de impunidad en delitos cometidos es de 98%. En el caso de crímenes contra periodistas la tasa es de 99.75%, lo que quiere decir que apenas 0.25% de los delitos son sancionados. Caen los autores materiales, pero los intelectuales andan libres como ratas con ébola.
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Cuarto disparo
Mientras el gobierno sugiere que todo va bien bonito, México es el país más peligroso para ejercer el periodismo en toda América Latina. Es más, estamos tan de la chingada que los niveles de muerte en la prensa son comparables con los de los países en guerra. Bueno, es que estamos en guerra, aunque no lo quieran aceptar.
Quinto disparo
Los mecanismos de protección para periodistas y la fiscalía especial que investiga delitos contra la libertad de expresión son un chiste mal contado, cruel.
Último disparo
A los poderosos en los gobiernos no les importa que se diga la verdad. Por eso les vale comino la vida y la integridad de los periodistas que la buscan para desapendejarnos como sociedad.