Primer disparo
Las autoridades delegacionales y centrales de la CDMX simulan tolerancia cero a los franeleros, instalan parquímetros que (según dicen) evitarían que aparten lugares hagan en la vía pública que luego vuelven un jugoso negocio.
Segundo disparo
Resulta una farsa. Los franeleros siguen extorsionando a vecinos y trabajadores de las colonias como Condesa, Roma, Narvarte, Del Valle, Nápoles, etcétera y más pinches etcéteras, a los que no les permiten estacionarse en la vía pública porque ellos “se encargan de esos lugares”. La plaga se vuelve incontrolable y esas mismas autoridades delegacionales y centrales de la CDMX se vuelven sus cómplices.
Tercer disparo
¿Quiénes pagan las consecuencias? Los más pendejos y pendejeados. Daniel Flores, el 10 de diciembre del año pasado, estacionó su camioneta en la calle Yautepec de la Condesa. Una mujer encargada de la seguridad para Filmaciones Olkán le pidió mover su camioneta porque iba a usar el lugar, Daniel se negó. Esa noche hicieron explotar su camioneta frente a su propia casa.
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Cuarto disparo
Karen Rebeca y la señora Adriana “N” fueron presuntamente asesinadas y enmaletadas por un franelero al que no le pagaron la extorsión que en realidad significa esa frase “Yo aquí se lo cuido, al regreso con lo guste cooperar”. Otro hombre fue asesinado a golpes y atravesado por una estaca de albañilería por discutir con un franelero de la Condesa.
Último disparo
“Tolerancia cero a los franelos”, dicen desde sus escritorios los funcionarios públicos de esta ciudad. Sí, cómo no.