“En México cifras alcanzan tres feminicidios diarios y más de 50 violaciones”, “Feminicidios en México se han duplicado en cuatro años”, “México, primer lugar en feminicidios en Latinoamérica”… se lee en las noticias de este país donde la violencia contra las mujeres es extrema. El odio o rechazo hacia ellas, simplemente porque son mujeres, viola sus derechos humanos y termina en homicidio y otras formas de muerte violenta.
Esa es la razón por la que diversos colectivos convocaron la marcha del viernes pasado, y por la que 40 feministas se reunieron con la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum: la violencia hacia las mujeres debe erradicarse de una vez por todas.
Podemos no estar de acuerdo en la forma de exigirles seguridad y justicia a las autoridades, pero sí debe haber consenso en la urgencia de solucionar este problema. No debe ocurrir ni un caso más como el del pasado 14 de agosto en la alcaldía Álvaro Obregón, donde la discusión de una pareja terminó cuando el hombre mató a la mujer a puñaladas y huyó. Ni uno solo.
Organizaciones especialistas en derechos humanos proponen declarar en la Ciudad de México la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres, (una alerta que ya aplica en 18 estados de la República), lo cual implica proteger los derechos humanos de las mujeres y niñas mediante acciones gubernamentales de emergencia que garanticen su seguridad, el cese de la violencia en su contra y eliminar las desigualdades.
Si bien de enero a julio de este año los seis estados del país con más feminicidios son Veracruz (104 víctimas), Estado de México (42), Puebla (31), Chihuahua (25), Nuevo León (24) y Sonora (24), de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública, la Ciudad de México se ubica en primer lugar en proporción de violencia contra las mujeres y en segundo lugar de prevalencia. Y esto debe parar ya.