En todo el mundo los radicales están ganando terreno, sin importar si son de derecha o izquierda, el pensamiento ‘ultra’, del todo o nada, de buenos contra malos, gana escalofriante terreno.
En Inglaterra UKIP, partido de derecha –incluso frente a los Conservadores- empieza a crecer a ritmos sorprendentes. En Francia el Frente Nacional, también ultraconservador, avanza frente al desplome socialista. En Alemania izquierda y derechas radicales crecen por encima del histórico partido Verde Alemán.
En Grecia sabemos que Syriza, de izquierda radical, ha ganado la presidencia. En Hungría el nuevo partido de derecha Jobbik esta casi en 20% de la intención de voto. Italia, siempre caótica, tiene dos nuevos jugadores radicalizados: el Movimiento 5 estrellas –izquierda- y la Liga del Norte –de extrema derecha. Entre los dos están arriba de los 30 puntos de intención del voto. Holanda tiene el ultra conservador Partido Libertad está ya por encima de los partidos moderados: el Liberal y el Laborista.
España no se queda atrás y el bipartidismo PSOE –PP ha terminado (después de escandalosos desplomes económicos) y Podemos –Izquierda radical- está por encima de ambos. Y por si fuera poco Suecia, la piedra angular de la socialdemocracia, tiene ahora un potente partido de ultra derecha llamado Suecos Demócratas, que está ya en 15% de las preferencias.
Y esto es sólo Europa.
Si volteamos a México descubriremos a Morena dentro de nuestros propios fenómenos políticos de crecimiento del discurso radical.
Tanto Morena como el resto de estos movimientos son producto de una descomposición política local fuerte y una situación económica poco afortunada, para nosotros, y lamentable para algunos otros países.
Es en esta coyuntura que vale la pena poner atención y distinguir con cuidado: ¿quiénes son estos nuevos radicales, estas voces ‘nuevas’ que atacan al sistema, a sus vicios, sus errores y sus defectos?
¿Quiénes son los que, en casi todo el mundo están clamando por el deterioro institucional, por el regreso de conceptos como el resentimiento, el rencor, el racismo, la discriminación, como formas de acción política y social?
Son estos grupos, de izquierda y derecha radical, que al final se encuentran en el camino de regreso al pasado de la civilización.
Bramando por políticas populistas sólo para llegar al poder. Sólo para decir que son los que sí escuchan. Cuando en realidad son los que menos miran.
Los nuevos radicales son, como Grecia nos esta demostrando, mas discurso que acción. Como Andrés Manuel lo demostró en el Distrito Federal, más populismo y reparto de dinero que ideas.
Los nuevos radicales son sólo populistas disfrazados de honestos, de distintos, de exaltados. Son políticos que sólo capitalizan el entendible fastidio de las sociedades con la ineficacia de la democracia para garantizar capacidades de generación y distribución de la riqueza. De mínimas oportunidades para acceder a nuestros sueños.
En esta ciudad, como en todo el país, y como en todo el mundo, habrá que escuchar, pero sobre todo mirar a estos nuevos ‘fenómenos’ políticos para distinguir la realidad de la mentira, la intención del discurso.
Porque cada día más nítidamente, los nuevos radicales son los viejos populistas.
( Luciano Pascoe)