Hoy deberíamos hablar del episodio final de RadioActivo, pero durante la semana surgió información que nos da mayor claridad sobre el futuro de XHUIA y, a su vez, sirve como ejemplo de lo que no se debe de hacer si se es funcionario universitario o mediático.
Agustín Peña -sin parentesco presidencial- es un egresado del Claustro de Sor Juana que contrató Gustavo Rodríguez Reyna hace 12 años para que realizara un programa de cultura en el proyecto revitalizado de 90.9. Peña acaba de ser nombrado director de contenidos de la estación y, en un acto inexplicable, dio una conferencia/happening donde daba no sólo su opinión sobre el desarrollo del concepto, sino deslizaba el futuro del mismo.
El audio fue subido a redes sociales por el propio Peña -el locutor- el lunes pasado. De ahí pudimos saber varias cosas.
El locutor se ufana de haber traído los contenidos culturales a la radio de formato universitario juvenil. Obvia u olvida esfuerzos realizados desde hace décadas en estaciones del formato de Ibero como Rock 101 o RadioActivo. Roberto Escobar sonreiría, de estar vivo, ante la falsa declaración.
De la misma forma, miente al decir que “la tecnología desarrollada” logrará que Ibero llegue -con 10 mil watts de potencia, con un permiso que no se ha oficializado- hasta, otros lugares, Morelos y Puebla. El comunicador parece que no tiene idea de la dinámica de onda y de las propiedades de la Frecuencia Modulada.
El conductor -hasta esta semana- del espacio FuckArt del 90.9 condena que la radio dé recomendaciones de tráfico puesto que, según él, olvida cubrir las razones de las protestas y las marchas. De nuevo, olvida que la estación a la que pertenece ha cubierto con prontitud, pese a lo limitado de sus recursos marchas, protestas, conferencias y acontecimientos sociales de manera puntual.
Pero lo más grave de lo dicho por Peña fueron las acusaciones de corrupción dentro de la estación. De forma directa, señaló a sus compañeros sobre los patrocinios que la estación -con conocimiento de la institución- ha conseguido para coberturas de eventos y festivales, así como para organizar festejos. De nueva cuenta, señala a los corruptos mientras se purifica sin aclarar que él ha sido beneficiado de forma directa de dichos patrocinios.
Para terminar, remata con la advertencia de que los cambios comenzarán en octubre para culminar en febrero y puntualizar que la Ibero 90.9 que hoy conocemos desaparecerá.
Ligereza, torpeza, violación a la integridad de trabajadores y colaboradores de la Universidad Iberoamericana.
A todo esto, la UIA ha respondido con silencio. Candil de la calle en la lucha por derechos humanos y respeto a la integridad del individuo, pero oscuridad de la casa en este caso.
Vaya Escuela de Comunicación. Vaya Rectoría que esquiva responsabilidades y permite que lastimen a miembros de su organización.
Y todo por preferir el poder por encima del proyecto de comunicación.
Un locutor de Ibero tuiteó que el fin está cerca. Puede ser, los jesuitas al poder de la UIA prefieren a San Juan por encima de San Ignacio.