Nunca dejó que nadie le pusiera límites. Desde niña soñó con dirigir su propia empresa. A los 25 años Jazmín Salazar fundó Oxtrón y ha sido distinguida por su trabajo innovador por el MIT y Bloomberg
Genaro Mejía
Era muy pequeña cuando vio una película donde el director de una empresa, desde la cabecera de una mesa de consejo, dirigía una junta. Desde ese día ella se imaginó ahí: sentada al frente de un equipo, con voz fuerte, como líder.
Fue natural que Jazmín Salazar, al terminar la prepa, se decidiera por la carrera de Creación y Desarrollo de Empresas del Tec de Monterrey.
“En mi núcleo familiar cercano el hecho de ser mujer nunca fue una limitante para que tú tuvieras las mismas capacidades y oportunidades que un hombre. De hecho, la figura de la casa es mi mamá”, cuenta Jazmín.
Durante la carrera, participó con un equipo para desarrollar un biorreactor marino para mitigar los efectos de la acidificación oceánica en corales. En 2021, el proyecto ganó el segundo lugar en la categoría de Innovación Empresarial del Premio Santander.
Ahí conoció a Víctor Moctezuma, fundador de iLab, una consultora en innovación y emprendimiento, quien le dijo: “Tu proyecto no tiene ni pies ni cabeza. Así que vamos a empezar de cero.”
Ese momento fue el verdadero inició de lo que hoy es Oxtrón, una startup que desarrolló tecnología para medir, controlar, capturar y reutilizar las emisiones contaminantes.
“Es más importante saber qué no sabes a saber qué sí sabes, así puedes pedir ayuda a alguien que te pueda mentorear”, dice.
Jazmín creció en México, en contacto con agricultores, lo que le permitió conocer de primera mano cómo el cambio climático está afectando a los más vulnerables y sus repercusiones en industrias críticas como la agroalimentaria.
Por su trabajo innovador a sus 25 años, fue seleccionada por el MIT Technology Review en español como una de los 35 innovadoras menores de 35 de Latinoamérica en 2023. También fue seleccionada por Bloomberg Línea como uno de los 100 Personajes más Innovadores Latam 2023 por el desarrollo de su sistema para la captura y el procesamiento de CO2 para ser utilizado como gas o combustible.
Entre los riesgos y los miedos
Para Jazmín, innovar y ser empresaria tiene que ver con encontrar un balance entre los riesgos que asumes y los miedos que enfrentas: no puedes tomar todos los riesgos de forma precipitada, sin formarte y prepararte, pero tampoco te puedes detener ante los miedos e inseguridades.
Esto lo aprendió cuando estaba en quinto semestre de la prepa. Practicaba equitación desde niña, pero un mal día el caballo la tiró y la pateó. Tuvo una fractura en la cara y un esguince en el cuello. Después de la cirugía perdió un semestre completo de escuela. Toda su familia le pidió que dejara el deporte, pero ella se negó porque era algo que le apasionaba.
Pero regresar a montar no fue fácil. “Me costó mucho trabajo perder el miedo y recuperar la confianza. Yo antes era muy atrabancada y no medía los riesgos, pero luego me fui al extremo, donde todo me hacía sentir insegura”, cuenta.
Al final, logró rehabilitarse del accidente y regresar a competir, hasta el punto de ganar el campeonato estatal y quedar en segundo lugar en el torneo nacional.
Este aprendizaje que le dejó la equitación hoy lo aplica como innovadora y emprendedora. Le recomienda a las jóvenes que quieran emprender: “No dejen que las limitantes de los demás se conviertan en suyas; las personas te dicen que no puedes hacer o que no hagas algo pensando en sus capacidades o en sus posibilidades, y eso no aplica porque solo tú conoces lo que eres capaz de hacer y de lograr.”