“Poder Ciudadano”, por @AlexSanchezMX

El ciudadano Héctor Rojas está cerca de lograr un precedente en la ciudad de México: la demolición de un edificio nuevo y listo para ser habitado en Millet 39, colonia Extremadura, Insurgentes.

No es el único caso en que el levantamiento de un complejo viola la ley (la dichosa Norma 26 que frenaría la aparición despiadada de viviendas) al construir seis pisos en lugar de tres y casi 100 departamentos en vez de ocho.

¿Qué marcó la diferencia en este caso? Que Rojas y un grupo de vecinos indignados dejaron de ser simples habitantes al convertirse en ciudadanos cívicos y unirse contra las constructoras y los políticos corruptos.

Eso ocurrió en 2008, el día que una compañía que hace departamentos de lujo se adueñó de manera alevosa de una parte del Parque Hundido.

Rojas, quien trabaja de publicista y podía darse tiempos de escape de vez en vez, empezó a organizar a vecinos del rumbo que también tenían la misma molestia con otros complejos cerca de sus casas.

“Hagamos a un lado la conciencia individual y concentremos el esfuerzo en conciencia colectiva. Vamos a impedir la construcción en el Parque”, propuso Rojas y los vecinos siguieron la lucha hasta desnudar los acuerdos oscuros entre la jefatura delegacional de Benito Juárez y los dueños de la constructora que avanzaban en su proyecto.

Tras luchar 19 meses, la demolición se llevó a cabo, el 29 de septiembre de 2010, justo el día del cumpleaños del publicista.

Ahora Rojas y sus vecinos reivindican al ciudadano poniendo el ejemplo de que el ciudadano sí puede convertirse en una fuerza transformadora: están cerca de sentar un precedente importantísimo en el DF para frenar las edificaciones irregulares aunque estén relumbrando por sus acabados y listas para ser habitadas.

-Esos departamentos (Millet 39) ya no están a la venta- dijo por teléfono una señorita del área la ventas de Rouz.

-Hace un tiempo estaban dando citas para verlos- le dije simulando sorpresa.

-Ahorita no se están vendiendo.

Mi llamada sólo era para corroborar lo que unos minutos antes me había dicho Rojas con quien tomé café frente al Parque Hundido, a donde llegó a sentarse con molestias de una contractura. No traía collarín pero movía su cuerpo atlético con la pesadez de quien trae ese aparato ortopédico para inmovilizar las vértebras cervicales.

Tampoco se quejó de que fueran secuelas de las múltiples golpizas recibidas al manifestarse frente a los proyectos irregulares, como el día que acabó conmocionado y trasladado a Xoco, situaciones que la propia policía ha documentado y que han servido para exhibir las tranzas de las autoridades delegacionales.

(Datos curiosos: el actual delegado Jorge Romero vive en un Penthouse de Gabriel Mancera 1542 de Rouz; César Nava se hizo de un departamento de siete millones -pero vale 25 millones- en Polanco, cuando su primo René Aridjis Vázquez, era director de Desarrollo Delegacional de Benito Juárez, y quien acabó siendo inhabilitado por el caso de Millet 39).

Mientras charlábamos, Rojas recibió un correo electrónico de vecinos de Coyoacán para que la Asociación de Vecinos de Parque Hundido les dé asesorías para dar la batalla contra una construcción ilegal en aquella demarcación. Hizo una pausa y les respondió.

Tiene razón Rojas cuando al igual que Ulrich Richte, autor del Manuel del Poder Ciudadano, dice que sólo dejando de ser apáticos a nuestros problemas podremos tener una ciudad democrática. Hay que seguir luchando porque además falta que esos malos funcionarios no sólo sean inhabilitados sino vayan a la cárcel por corruptos.

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(Alejandro Sánchez)