A finales de octubre, le pedí al perredista Mario Chávez, el joven alcalde de Tlacotepec, Guerrero, que me hablara sobre la amapola que se siembra masivamente en su municipio. Pero Mario parecía venir de otro país: me dijo que eso ya no se daba, que era fama nomás y luego empezó a platicarme que un hombre con alas —aunque otros decían que era un dragón—, llevaba noches apareciéndose en su pueblo. “Mañana va a ir el obispo a bendecirnos el cielo, lo va a hacer desde un helicóptero que conseguimos”, me dijo como si no quedara otra salvación. Luego, mientras seguía picando un aguachile y le pedía la cuenta al mesero, me contó que Miguel Ángel Mancera le había regalado un Boeing 737. “No sé de dónde lo sacó, pero yo me lo traje en dos tráilers y hoy ese avión es una biblioteca virtual, la primera en su tipo en todo Latinoamérica”, me presumió.
—Nada. Te lo digo en serio. Ya nomás es el estigma.
No quise contarle que había leído una nota del 5 de agosto de 2014 donde él le pide ayuda al estado: los narcos amenazaban con levantarlo.
La anécdota con Mario fue la última cubeta que derramó el tanque de mi desencanto por los políticos mexicanos. Quizá por eso, ahora que los padres de los normalistas de Ayotzinapa han llamado a boicotear las elecciones que vienen para 2015, me entusiasma la idea. Pero luego me acuerdo que el voto nulo o la abstención sólo beneficia al partido que está en el poder.
¡Diablos!, sí que estamos en un dilema, queridos.
Por un lado, no queremos que fulano gane la gubernatura, la alcaldía, la regiduría, el escaño o la curul, pero zutano está igual o peor. ¿Alguien, por ejemplo, votaría en su sano juicio por Manuel Espino para que sea diputado federal por Movimiento Ciudadano? ¿Alguien aún cree en la dinastía Calderón para apoyar a Luisa María y hacerla gobernadora del convulsionado Michoacán? ¿Algún guerrerense querrá que los gobierne Armando Ríos Peter o Manuel Añorve? ¿Alguien quiere votar por Amalia García en la delegación Miguel Hidalgo? ¿Alguien quiere que los candidatos plurinominales sean escogidos por una tómbola como lo propone Morena?
Qué triste que ningún partido haya entendido la rabia de nuestro otoño, que ninguno quiera dejar de vivir del presupuesto y que ninguno tenga una solución a esta crisis de la violencia. Ellos únicamente quieren andar en campaña, pegando calcas y aventando discursos llenos de invectivas.
Mamá era de esas personas que creen que todo mal se arregla con la llegada del año nuevo. Yo digo que hoy está en nosotros hacer valer el artículo 39 constitucional (“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público emana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene, en todo tiempo, el alienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno”). Yo digo que está en nosotros enmendar el sistema político mexicano que fue hecho para consolidar la impunidad y la corrupción. Yo digo que en nuestros planes para el año 15 debe estar la búsqueda, pacífica y legal, de cómo deshacernos de todos estos mercenarios que sólo quieren un puesto y hablan de dragones.