Coordinador del Diplomado en Seguridad Pública y Prevención de Desastres, Universidad Iberoamericana (Ciudad de México)
El accidente suscitado este 29 de enero en las proximidades del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, a partir de la explosión provocada por una fuga de gas, lamentablemente no es el primero de su tipo. Para muestra tenemos las terroríficas explosiones de San Juanico en 1984 y 1995; el derrame de gasolina y las consiguientes explosiones en el Sector Reforma de Guadalajara en 1992; el incendio de 2009 en la Guardería ABC en Hermosillo, o la explosión en las oficinas de Pemex, el pasado 31 de enero de 2013.
Por ello es necesario recordar que, desde el 27 de noviembre, la nueva Ley del Sistema de Protección Civil del Distrito Federal obliga a todos los inmuebles con afluencia masiva de personas a contar con un plan de protección civil. Cabría preguntarse si el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa cuenta con un plan como este, aunque esto es muy posible ya que el Gobierno del Distrito Federal no ha descuidado sus hospitales en dicha materia. Por los reportes se sabe que antes de la explosión se comenzó a evacuar al personal, lo que es una señal de que se cuenta con el plan, lo que a su vez permitió que no hubiesen más lesionados. También fue de gran fortuna que el cuartel de bomberos de Cuajimalpa se encuentra muy cerca de la zona del siniestro.
Además de contar con recipientes a presión en condiciones adecuadas, es importante subrayar que la Norma Oficial Mexicana NOM 002 de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social de 2010 estipula las medidas de prevención contra incendios en lugares de trabajo, mientras que la norma 026, de la misma secretaría, marca la señalización que deben tener todas las tuberías, incluidas las de gas.
Otro punto obligatorio es contar con por lo menos tres brigadas de prevención: una de evacuación, una de prevención y combate de incendios, y una de rescate y primeros auxilios, los cuales deben contar con programas de capacitación permanentes.
Lamentablemente, como se ha demostrado en más de una vez, muchos accidentes como el registrado este jueves se deben a la ausencia de un programa de mantenimiento preventivo y correctivo de instalaciones. De igual importancia son los programas de simulacro, que son obligatorios por lo menos tres veces al año.
Aunque al momento parece que la explosión en Cuajimalpa se derivó de un problema de conexión de la pipa de gas, se pueden establecer dos hipótesis: la deficiencia en el mantenimiento de las mangueras de la pipa, por parte de la empresa que brinda el servicio, o que esta no haya seguido el protocolo de seguridad. Esto se podrá conocer hasta realizarse el peritaje.
( Mario Garza Salinas)