Lo que nunca hemos hecho Pinky, imponer ley seca en ocho delegaciones del Distrito Federal.
La razón: “prevenir posibles actos que pudieran trastornar dichos eventos y consecuentemente salvaguardar la integridad física de participantes y público en general”. Cuando dicen “Dichos eventos”, se refieren a los eventos religiosos que ocurren en los cuatro días “santos”.
Hay evidencia de una correlación entre consumo de alcohol y violencia; aunque no queda claro en qué dirección va la causalidad, si consumir alcohol incita a cometer actos violentos o si el entorno y experiencias de violencia incitan a consumir alcohol. Y, en el primer caso, bajo qué condiciones el vínculo entre alcohol y violencia ocurre.
Esto nos llevaría a un argumento permanente contra el consumo de alcohol, a menos que, efectivamente, en semana santa el vínculo con violencia se fortalezca.
Asumimos que antes de pensar en una política que ha causado tanto malestar, Miguel Mancera tenía en sus manos evidencia sobre niveles de violencia en esos días, y la diferencia entre las ocho delegaciones con prohibiciones y las que no.
Veamos qué dicen los datos. Los datos por delitos están agregados por mes, por lo que sólo podemos comparar el mes en el que ocurre la semana santa y con el mes previo y el mes posterior. Todo esto para los años 2011, 2012 y 2013 (tasas por cada 100 mil habitantes).
– GRÁFICAS 1 y 2 –
Dos conclusiones: 1. El mes de semana santa no reporta incrementos en homicidios dolosos o culposos, violaciones, lesiones o robos;
2. Con excepción de homicidios dolosos, las ocho delegaciones sin ley seca de hecho tienen una tasa de comisión de delitos más alta que las que sí tendrán restricciones a la venta de alcohol. Un mundo raro.
En efecto, ver datos por mes no permite ver detalles de fechas. Hay una solución: ver datos diarios de ingresos hospitalarios en el DF; aunque ello no nos permita distinguir entre delegaciones.
– GRÁFICA 3 –
Resulta que en 2011, 2012 y 2013, los ingresos hospitalarios por agresiones, disparos y lesiones de hecho bajaron en días santos (respecto a los días previos y posteriores), mientras que los ingresos por golpes se mantienen en promedio.
Entonces, ni crece la violencia en días santos; ni ésta es mayor esos días en la delegaciones en las que Mancera decidió imponer una ley seca. Se trata, nuevamente, de una decisión improvisada, arbitraria y torpe… buena síntesis de sus 16 meses al frente del DF.
P.D. La exención de hoteles y restaurantes no modifica la lógica de la prohibición; tampoco la autoselección de Cuauhtémoc.
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(JOSÉ MERINO / @PPmerino)