¿Quién quiere una Constitución chilanga?, por @mariocampos

Leo en la prensa que ahora sí, por fin, será aprobada en el Senado la reforma política del DF. Y como me ocurría desde que estudiaba Ciencias Políticas hace ya más de 20 años, el tema me produce una terrible flojera.

No obstante en este momento de la historia de la capital hay algo que me entusiasma y es la posibilidad de que el próximo año los chilangos contemos con un Congreso constituyente, paralelo a la Asamblea Legislativa tradicional. ¿Por qué no pueden hacer las dos cosas? No lo sé y me gustaría escuchar alguna explicación sensata. Pero salvando ese punto, confieso que me parece genial que se elija a un grupo de personas que canalicen el debate con una pregunta central, casi única:

¿Cómo es la Ciudad de México en que queremos vivir?

Si se logra encauzar la discusión en ese sentido tendremos una oportunidad que se da muy pocas veces en cada sociedad: la posibilidad de pensar sobre sí misma para decidir hacia dónde quiere ir. ¿Queremos ser una ciudad liberal en la que todos cabemos?, ¿qué derechos queremos garantizar?, ¿qué lugar queremos para los niños, jóvenes, y ancianos?, ¿cómo imaginamos la Ciudad de México en los próximos 20 o 50 años?

Me encanta la idea de una especie de manifiesto con el que los habitantes de esta ciudad nos podamos identificar; que sea una caja de herramientas para construirla y al mismo tiempo una hoja de ruta para llegar a una ciudad de la que nos sintamos orgullosos.

Por supuesto hay muchos retos en el camino. Me preocupa que se vea como un proyecto de notables, empezando por el gobierno en turno. Claro que el Jefe de Gobierno tendrá un papel central en este proceso, pero no debe perder de vista que el protagonista debe ser el proyecto de ciudad y no él.

También vería con tristeza que algunos grupos perredistas la quieran usar para fortalecer el control de los votos a cambio de programas sociales; o que los panistas se entrampen (otra vez) en los debates sobre la visión conservadora o que el PRI suponga que es su gran oportunidad para hacerse de la Ciudad.

¿De qué dependerá el éxito de una constitución chilanga? De lo transparente del proceso, de la capacidad de sus impulsores para entusiasmar a la población, y en especial, del interés de los chilangos por aprovechar este momento y trabajar para que no termine como un mero asunto de políticos y burócratas.

Quizá en los próximos meses se abra una oportunidad única, histórica, para quienes habitamos en esta gran Ciudad. Ojalá la sepamos aprovechar.

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(MARIO CAMPOS/ @mariocampos)