Queríamos dar un paseo por las colonias menos reseñadas de la delegación Cuauhtémoc, como San Simón, etcétera.
Nos quedamos de ver en el metro Tlatelolco, donde Tamara se echa un par de tacos mientras yo le cuento de la gripa de mi gato. Entonces iniciamos nuestro camino por la Calzada San Simón. Nos llaman la atención las casas chaparritas, algunas con varias décadas encima, y que Zoltán Kodály sea el nombre de una calle.
Primero ella me enseña el Parque La Ballenita sobre Insurgentes, que me inspira tristeza. Luego damos con la fábrica de Bremen, en la colonia Santa María Insurgentes, en cuya tienda compramos chocolates que comemos bajo el brillante sol del altiplano, como escribió Fernando Benítez. Que si las listas de Foursquare, que si la peligrosa Atlampa, que si la India y Cuba. Así llegamos a la Torre de Banobras, que no podemos conocer por dentro. Bueno, no importa, ya será en otra ocasión, de todas formas se lo agradecemos mucho, señor, que le vaya muy bien.
¿Y si aprovechamos para echarle un ojo a la iglesita de San Miguel Arcángel, que está aquí atrás? Iglesota, más bien, por las obras de arte que resguarda, como una Virgen de San Juan de los Lagos del siglo XVII, un cristo de los tiempos de la conquista, o eso se dice, un Juan Correa y los cuadros medio arrumbados en el salón de actos que nos muestra una señora que es amiga del padre.
Me gusta ver el famoso Puente de Nonoalco tan de cerquita, que tengo presente por la novela de Fernando del Paso, y acordarnos de que el barrio de Nonoalco fue originalmente una islita aledaña a Tlatelolco.
La amable señora nos recomienda visitar la parroquia de San Simón Tolnáhuac, muy cerca del Eje Guerrero. ¿Cómo es posible que hayamos pasado por ahí hace rato y no nos hayamos dado cuenta?. Yo los acompaño, es una iglesia muy bonita y poca gente sabe que su fiesta es el mismo día que San Juditas. Y sí: bonita y modesta, pero también sin mucho que verle. Si no fuera por su cristo de caña, podría parecer protestante. Hasta luego, señora, mucho gusto y gracias.
Tamara me pregunta por el San Lázaro y sus perritos simpáticos que vemos en la entrada; intento explicarle su relación con la santería cubana. Afuera le tomamos fotos a unos gatitos y le preguntamos a unos vecinos cómo llegar a la colonia Ex Hipódromo de Peralvillo. En pocos minutos estamos ahí, admirados por un vestigio virreinal de la calzada de Tenayuca.
Empieza a llover y nos guarecemos en una cantina. ¡Qué zona más interesante!, ¿no? Pero dicen que es medio peligroso. ¿Tú crees?, yo la veo muy normalita. Otra cerveza y una más y ahora sí ya vámonos, que ya hace hambre y estaría bueno ir a las Flautas Magos, grasosas, bañadas en salsa roja, preparadas y servidas por señoras muy serias, hacendosas, que no les gusta que les tomen fotos, qué pena, yo ya les tomé una, sirviendo y pagando, de favor. Queríamos dar un paseo por las colonias menos reseñadas de la delegación Cuauhtémoc, como San Simón, etcétera. Lo que hicimos fue salirnos un rato de nuestra islita aledaña a Tlatelolco.
Parque San Simon mejor conocido como la ballenita