Honorables Lectores de la Unión:
Presento este informe el mismo día que Peña Nieto entregará el suyo, pero no se van a parecer mucho. En primer lugar, porque este informe sí lo escribí yo, y en segundo lugar porque el presidente y su servilleta hablamos de dos México distintos.
Yo les hablo del país en el que vivimos y en el que de algún modo batallamos cada día por no ser aplastados por la realidad, el país de las desmañanadas para llevar a l@s niñ@s a la escuela, el país donde aumentan los secuestros y los crímenes de género, el de las cárceles saturadas de presos, el de las calles robadas, el de los ríos y lagos contaminados, el país que es el paraíso de corruptos y criminales, ladys y mirreyes, pero el infierno de migrantes, mineros y trabajadoras domésticas, entre muchos otros. El país donde se corrompe a la gente como política de estado y donde los derechos humanos brillan por su ausencia.
El presidente, mientras tanto, ha decidido hablarnos de un país maravilloso en el que la grandeza de sus logros y reformas minimizan cualquier atisbo de autocrítica. Un país donde todo está bien, que se está moviendo, que se ha transformado gracias a sus reformas. Un país bien chingón que sólo existe en su imaginación.
En el informe que hará Peña Nieto sobre el país imaginario que gobierna, seguro no va a hablar de cómo la corrupción y la impunidad se han robustecido durante su mandato, ni de cómo se ha legislado y gobernado en función de los intereses de los grandes capitales y no de las grandes demandas sociales. Mucho menos nos va a explicar cómo es que sus “reformas” llevando ese nombre parecen más bien ajustes al nuevo-viejo sistema priista de sumisión y de control estatal.
Por eso hice mi informe, para compartir algunos puntos que el gobierno federal no considera ni va a considerar jamás, porque además no lo necesita, ya que tiene cooptados, comprados o agarrada de los huevos a una buena parte del periodismo nacional, mientras que la otra parte, vive maniatada y silenciada por los criminales o por los gobernadores de cada estado que se comportan hoy más que nunca como señores feudales con un control absoluto de lo que se dice sobre ellos.
Las cosas en la economía no están saliendo bien, pero como el que entiende eso es Videgaray y él no se va a correr a sí mismo, se va a esperar a que alguien le explique a Peña Nieto, o a que el presidente se de cuenta, lo que podría llevarlo a conservar su cargo todo el sexenio.
En lo único que este informe coincide con el de Peña Nieto es cuando dice que este “ya no es el México de antes”. El México de antes era un país que no se veía a sí mismo como un local disponible para cualquier franquicia. Era un proyecto de país, habíamos personas y no sólo intereses económicos por encima de todo.
Hoy todo México es como los ríos Bacanuchi y Sonora. Un país intoxicado, un país contaminado irresponsablemente por el poder económico ante la omisión o la franca complicidad del gobierno. Eso es lo que hay.
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(FERNANDO RIVERA CALDERÓN / @monocordio)