Empezó con un puesto bajo unas lonas y hoy tiene un restaurante que es ícono de Tepalcingo, Morelos. Tras una pandemia y una enfermedad que casi la mata, a Paty Beltrán no la para nadie
Genaro Mejía
Con lágrimas en los ojos, Paty Beltrán tuvo que cerrar su restaurante Fernanda y Mariana, en Tepalcingo, Morelos, y decirle a su gente que ya no había trabajo. Era la canija pandemia que había parado en seco ese sueño que tantos sacrificios le había costado.
Con algunos envíos de comida a domicilio y mucha fe, Paty abrió de nuevo cuando pasó lo peor de la emergencia sanitaria, pero en 2022, cuando retomaba el vuelo, una mala cirugía de vesícula casi le arrancó la vida.
“Fue muy duro sentir que me iba ante la responsabilidad de tener toda esta gente trabajando y con la preocupación de que mi restaurante siguiera”, recuerda.
Pero ni la enfermedad la pudo parar. Con catéter encima y una bolsita colgando, ahí andaba Paty de un lado para otro en el restaurante.
“A mí no me gusta quejarme si las cosas no salen. Mi pensamiento es: ‘Si hoy no vendí, mañana será’. Yo digo: más vale gotera, que chorrera”, dice mientras ríe.
Hoy, ya con 21 años al frente de su negocio, recuerda que empezó en un puestecito en la calle, tapado con lonas, hasta que su papá le prestó un terreno baldío y comenzó a armar lo que hoy se ha convertido en un restaurante icónico en Tepalcingo, Morelos, reconocido por los clientes y las autoridades por su promoción de la comida tradicional y regional, como el totopo dulce, la pitaya, la ciruela y la hormiga chicatana.
“No dabas ni un quinto por el negocio; le decía yo ‘mi changarrito’ porque era pura grava, eran mesitas de una empresa refresquera, era un congelador chiquito”, recuerda la emprendedora que hoy da empleo a 25 personas.
“Me enorgullece ser una fuente de empleo para mujeres, en su mayoría, y chicos que, por diferentes situaciones, no han podido estudiar y han visto aquí una forma de poder salir adelante.”
“Como estrellas de cine”
Paty Beltrán forma parte del 37% de mujeres que lideran un negocio en México. Para muchas de ellas la falta de acceso a recursos financieros se convierte en una de las principales barreras, pues sólo 7% de los créditos a pequeñas y medianas empresas (Pymes) en México se otorgan a empresas lideradas por mujeres.
Ella sabe lo importante que es tener financiamiento para crecer. “El crédito es para invertirlo en el changarro y solito el changarro te va a dar, pero aquí el chiste es saber reinvertir”, aconseja.
Como reconocimiento a su buen manejo del financiamiento y al logro de sus objetivos en lo económico, social y humano, Paty fue una de las ganadoras del Premio Emprendedores 2024 de Gentera, que la llevó a una ceremonia en la Ciudad de México y al Cirque du Soleil.
“Fue sorpresa tras sorpresa, tras sorpresa. Estuvo muy padre. Estuvimos muy consentidos, muy apapachados por la empresa, muy cuidados. Nos sentíamos estrellas de cine”, cuenta.
Para otras mujeres que sueñan con emprender o ya están emprendiendo, les dice que con constancia y esfuerzo los sueños sí se hacen realidad. “Si nos caemos, nos vamos a levantar por fregonas, porque eso somos: mujeres fregonas, emprendedoras, luchadoras.”
Les recomienda perseverancia, saber administrar y no desistir para lograr sus metas y les insiste en no rendirse cuando nadie crea en ellas: “Que su sueño no se los apague nadie.”
Genaro Mejía es periodista de negocios, speaker y LinkedIn Top Voices Latam. Estratega en comunicación, storytelling y narrativas inteligentes. LinkedIn: @GenaroM / Newsletter: Bar Emprende