Esta semana pensaba escribir sobre el debate uber/taxis, pero como suele suceder en esos eventos, la conclusión de que haremos algo, aunque todavía no sabemos qué, me quitó las ganas. Resulta que el resultado del debate es que se definirán medidas una vez que todos los servicios de transporte que no son taxis (Uber y anexos) sean detenidos y remitidos al corralón, pidieron los taxistas (sólo espero que quienes hicieron tal petición tengan todos sus papeles en regla).
Me recordaron una frase de Don Draper (sí, el de MadMen): “Si no tienes el poder, retrasa”, ganar tiempo al tiempo en tanto el conflicto se nos olvida o mientras logramos encontrar la manera de conservar privilegios.Todos queremos tener la razón siempre, no sé si es lo humano o lo mexicano. Esta semana me contaban la anécdota de un taxista “de esos viejitos” que, “ya sabes”, siempre quieren tener la razón.
Y claro, para que #taxista conservara la razón, quien perdió fue la pasajera, que tenía una cita importante. ¿Quién no ha tenido la fortuna de un #taxista así? Todo sabe: atajos, rutas, tu estado civil… ¡bueno! Me ha tocado incluso algún sagaz que asegura conocer mi estado de ánimo, ¡muchas veces ni yo lo sé! Ah, pero #taxista -en toda su sabiduría- me dice: estás de buenas, de malas, enamorada, cansada…y yo sólo estoy rogando que se calle, por supuesto.
O qué tal el que decide que te ves demacrada (gracias por los ánimos) porque no comes bien (y se arranca con las recetas que le cambiaron la vida) o porque no te arreglas.
Ah, esos son una maravilla. Alguna vez me tocó uno que intentó venderme cremitas, ¡sí señor! Todo un tratamiento para quitarme esas manchitas detonadoras de edad y exposición al sol.
Imagina que acudes a una entrevista de trabajo en Marte. El señor marciano ejecutivo te espera, pero no llegas a la cita, o llegas tarde, porque “el taxista no quiso irse por donde le decía”.
¿Cómo entendería en ejecutivo marciano eso? ¿Cómo que el taxista no quiso seguir tus instrucciones? ¿Pues que no eres el cliente ? ¿No estás pagando por un servicio?
Pues “ya sabes” como son esos taxistas, le dirías. Porque esos taxistas parecen no querer soltar el pequeño poder de decidir por donde irse, porque él maneja y es SU carro, ¡faltaba más! Y el monopolio del transporte corresponde a ellos -parecen creer los “taxistas organizados” de esta capital-.
Aunque la verdad, los taxistas libres a quienes les he preguntado su sentir sobre el apptaxi me han dicho que no les afecta, porque su pasaje ni tarjeta de crédito tiene (requisito indispensable para usar Uber o Cabify), y generalmente los ocupan para traslados cortos o emergentes (el típico “ya se me hizo tarde, mejor tomo #taxi”), o Uber no llega hasta los rincones más menospreciados de la ciudad, o –de plano- el sol sale para todos, entonces ¿para qué pelear?