Esta semana me reencontré con un querido amigo al que no veía hace algunos años. La última vez que nos vimos, me platicó sobre su traumático divorcio y la forma en que se acoplaba a su nueva vida de soltero.
Lo vi el martes pasado. Jovial y divertido, volvimos a recordar aquella comida y recordamos porqué se había pospuesto tanto tiempo el vernos de nueva cuenta. La última vez que habíamos quedado de vernos, el huracán Patricia me había abstraído y, en la plática, me había relatado sobre una cita a ciegas que tendría el fin de semana donde -según la NASA y la Conagua- el país sería una laguna.
“Soy el rey de las blind dates”, me Dijo jocoso en la comida donde, además, me expuso el sistema de ligue de su preferencia.
Tinder.
Me sorprendió en sobremedida que usará la aplicación para ello. De hecho, le hice un comentario imprudente sobre la percepción de que en dicha aplicación lo que se privilegiaba era el amor de unas horas.
“Mi ex encontró en Tinder al que, hoy, es su pareja desde hace un año”, me rebotó.
Cierto, en este país donde el ligue Maduro parece más complicado que el juvenil, Tinder es un camino donde uno se salta varios pasos no para llegar a la cama sino a una relación estable.
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En los Estados Unidos, sitios como Divorce Dating encontraron una beta brutal para el hookup de solteros 2.0, pero en México esto apenas comienza. Las citas a ciegas y los encuentros vía amigos quedan a un lado con la ayuda de la aplicación.
Curiosamente, las mujeres mayores de 40 -divorciadas o no- tienen en Tinder un aliado no sólo para un acostón, sino para una relación de largo alcance. A diferencia de mujeres que apenas entran en su madurez o jóvenes adultos, Tinder ha ayudado a temperar ánimos y deseos a partir de saltar la foto a los gustos comunes. Albricias.
Seis grados es, en el país, otro servicio que busca ayudar a los entrados en sus cuarenta a relanzar su interés romántico. Ojo, uno pensaría que los cuarentones ya divorciados no buscarían un nuevo interés amoroso pero eso es una falacia: la marca de tener hijos y una vida social trastocada tras el divorcio los hace pensar más en ello.
Por ello, me dio gusto ver a mi amigo en esa nueva etapa pero, también, abrió la reflexión hacia los nuevos métodos de ligue y cuántos de ellos serán usados en el futuro para intentar una nueva sociedad donde las redes sociales y la aplicación de encuentro sean los nuevos caminos para platicar a nuestros hijos sobre nuestras acertadas decisiones de vida.
Dicho de otra forma, el vivieron felices para siempre a partir de un swipe.