Hace unos meses salió el libro Las amorosas más bravas, de Benedicte Desrus, fotógrafa, y Celia Gómez Ramos, periodista y escritora. Sería muy superficial decir que el libro trata de la vida íntima de las prostitutas que se alojan en la casa Xochiquetzal, de la Merced, una iniciativa que armaron hace varios años activistas como Jesusa Rodríguez, Marta Lamas y Elena Poniatowska para dar cobijo a mujeres de la tercera edad que se han dedicado a la prostitución en el barrio de la Merced.
Por eso, diré algo más: el libro trata sobre la muerte, pero eso es sorpresa. Durante los últimos seis años. Bénedicte Desrus, que se ha especializado en fotografía sobre asuntos sociales, ha ido todas las semanas a registrar la vida de las habitantes de la casa. Le pidió a Celia que escribiera el texto del libro en ciernes, y ella fue durante dos años seguidos a hacer entrevistas. Con tanto material, miles de imágenes, cientos de páginas de transcripciones, el libro pudo haber andado por varios rumbos, por ejemplo, tomar a la casa misma como personaje y contar cómo se gestó por iniciativa de famosas feministas; o tomar la Merced como personaje principal y contar la larga historia del barrio y la prostitución.
Bénedicte y Celia eligieron un camino más personal: todas las fotos están tomadas en interiores, algunas registran momentos muy íntimos: un baño, una siesta, una de las habitantes en ropa interior, sus muñecas, su cuaderno de apuntes; todos los textos están escritos desde el punto de vista de alguna de ellas: Normota, Celia la sonorense. La escritora tiene muy buen oído y logra hacernos escuchar a las prostitutas contarnos de sus amores, hijos, abandonos, borracheras, peleas, cicatrices. Como todas son viejas, el retrato es radical. Esto es lo que son y ya no queda mucho tiempo para soñar otra cosa.
Pienso, sin embargo, que la mayor virtud del libro es el tiempo. Gracias a que la fotógrafa, primero, y la escritora, después, pasaron tantos años trabajando, el libro tiene una historia, matices y profundidad. El momento más hondo del libro es el siguiente: una de las prostitutas se despierta un día con los pies hinchados, olorosos, como si no le pertenecieran, como si quisieran huir de su cuerpo; y muere. Bénedicte y Celia están allí para registrar su tránsito.
Es el destino que todas las demás esperan. Es, por cierto, un momento de gran dignidad, pues saben que si no existiera la casa Xochiquetzal, todas ellas estarían destinadas a que la muerte las sorprenda en la calle, o en un cuarto de hotel, solas, sin que se entere su familia.
Por eso digo que este magnífico libro, llamado es fundamentalmente sobre una forma de bien morir.
Muy recomendable.
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(GUILLERMO OSORNO / @guillermosorno)