A bordo de un microbús repleto de pasajeros que cruza uno de los barrios más populares de la delegación de Coyoacán se oye fuerte El ruido de tus zapatos, éxito de la arrolladora Banda El Limón que cuenta la historia de un hombre enamorado que le pide a la mujer de su vida dejar a su esposo para irse a vivir con él. Pero en el primer asiento de la puerta de subida dos vecinas que se encontraron casualmente en el traslado hacía Santo Domingo cuentan otra historia: la corrupción en Coyoacán.
Una de ellas trabaja cuidando a un ancianito en una casa en la Del Valle, la otra es cocinera de una fonda. Después de una larga jornada vuelven a casa cargadas con bolsas del súper y recipientes con comida para darle de cenar a los chamacos, pero mientras llegan a su destino una le pregunta a la otra:
-Oye, mana ¿cómo ves la cosa con este cuate, el delegado (Mauricio Toledo)?
-Este sí se que salió un descarado, manita.
-Dicen que es bueno pa’ los negocios. Que los que se dedican a hacer edificios ya no lo quieren porque les pide harta mordida pa’ dejarlos construir.
-¡Uy!, pero también trae pleito con los dueños de bares y quien sabe quién más.
-Y que ni el Mancera (jefe de gobierno) puede con él.
La conversación de esas dos mujeres me hizo recordar una charla que hace tiempo tuve con el exitoso Jaime Durán Barba, considerado el número uno de la estrategia política en América Latina: trabajó para Vicente Fox e hizo ganar al actual alcalde de Argentina, Mauricio Macri, a pesar de que en el arranque de campaña su cliente estaba casi 40 puntos debajo del principal competidor. Durán me dijo que un arma letal en el marketing político es cuando los temas del círculo rojo se propagan de boca en boca en los cafés, mercados o servicios públicos de los pueblos o colonias, ya sea a favor de un aspirante o en contra de la autoridad a la que se busca derrocar de un cargo o vencer en los procesos electorales.
Y eso lo sabe Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el polémico líder del PRI en la ciudad de México, a quien vi frotándose las manos en su despacho, después de reconocer que ya vio una fisura en la izquierda de la capital: no sólo por actos de corrupción como los que enfrenta Toledo sino por los pleitos internos en el PRD y la creación de Morena que conforma López Obrador, sino por el papel de Miguel Ángel Mancera frente a la violencia que se desata en el DF y una serie de yerros cometidos en lo que va de su administración.
Aunque Gutiérrez no tiene fama de ser un hombre de paz, siente que tiene todo a favor para empezar a recuperar espacios perdidos por su partido en 1997, cuando el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas borró del mapa electoral al antiguo régimen. “Se abren muchas oportunidades de poder disputarle al PRD el territorio”, expresó y soltó una risilla perversa en medio de una barba de candado.
Por lo pronto presumió un lote de camionetas último modelo que tiene rotuladas con el logotipo y los colores del PRI. Una dice: “Coyoacán”, pero hay más con el nombre del resto de las demarcaciones del DF. Cada una también trae una frase del finado Luis Donaldo Colosio: “Todo el tiempo, en todo lugar” con las que se meterá a las colonias populares a ofrecer productos perecederos a precios bajos.
También compró carpas, sillas, máquinas para hacer palomitas de maíz, pantallas inflables y proyectores para exhibir películas al aire libre. Esa es tan sólo una de las estrategias con las que el líder local va a la caza de los capitalinos inconformes con el PRD y asegura que la lucha la va a ganar aunque en 2012 su partido haya sido superado por más de 40 % al PRI.
–Ya no sabe uno ni por quién votar- dijo la cocinera a su vecina antes de bajarse del micro.
(ALEJANDRO SÁNCHEZ)