“Vida de perro chilango”, por @Warkentin

Desde la perspectiva del can, entiendes un poco lo que le pasa a esta defeña ciudad nuestra.

Los perros han crecido en estatus. Y a la vez se les sigue pateando y torturando con la misma saña de nuestros peores vicios. Mientras hoy en la chilanga capital tenemos algunos de los SPAs más lujosos para perros, seguimos tropezando con hilachos de restos caninos arrollados por autos, camiones, similares y conexos. Y nunca hemos tenido problema en convivir con nuestras contradicciones. Al fin… siempre podemos invisibilizarlas.

Diiiicen que el pasado 21 de julio se celebró el Día Internacional del Perro (ya sabemos que día internacional hay de todo). Y me pareció propicia la efeméride para recordar un poco cómo vivimos con nuestros perros. Según datos proporcionados por la Secretaría de Salud del Distrito Federal, en esta ciudad hay millón y pico de perros en situación de calle. Algunos grupos defensores de animales dicen que ¡nanay!, que son entre 3 y 5.5 millones los perros chilangos, aunque lo más probable es que quién sabe [porque censar perros está en chino]. En lo que sí coinciden autoridades y asociaciones es que México ocupa un poco honroso primer lugar en América Latina en cuanto a población canina en abandono [y esto no se reduce sólo al DF.]

Más datos: de acuerdo con estadísticas oficiales un perro defeca 400 gramos y orina 800 mililitros en promedio, diario. Súmele, réstele y multiplíquele y coincidirá con la Secretaría de Salud del DF en que los canes producen media tonelada de heces fecales al día [las cuales cuando se secan y vuelan, terminan en nuestras humanidades]. Eso sí: ayer que le recriminé a un señor por no levantar la caca de su perro, me espetó un amable “¡y a ti qué te importa, pinche vieja!”

La información buena, es mejor: en el Distrito Federal tenemos reformas legales para fomentar el trato digno a los animales, y en muchas colonias ya hay sanciones para aquellos dueños de perros que no levanten las heces fecales de sus animales [aunque les molesten las ¡pinches viejas!].

Tener un perro es lo mejor que te puede suceder en la vida. Yo he tenido, tengo y espero poder tenerlos siempre. Pero no nos hagamos: son también una enorme responsabilidad. Frente al SPA de lujo, el perro torturado, la caca canina desbordada, los animales extraviados y los muchos abandonados… recordemos que así como tratamos a los perros, es como en realidad nos tratamos a nosotros mismos.

(GABRIELA WARKENTIN)