El mismo Rulfo dijo alguna vez que sus personajes no se podían retratar ya que se veían “como los que hay en todas partes”
Por Gabriel Rodríguez Liceaga
Por ahí hay un testimonio en el que se cuenta cómo Juan Rulfo llegó llorando a casa de Josefina Vicens porque venía de ver la versión cinematográfica de su cuento “Talpa”. Se sabe que las películas basadas en su obra jamás le llenaron el ojo. ¿Dónde están esas películas? ¿En qué canal las pasan o qué servicio de streaming las congrega? Me atrevo a afirmar que hoy en día pocos las han visto y analizado desde el siglo 21.
Me incluyo. ¿Valen la pena? Es más, hace poco se hizo un El gallo de oro con Lucero para Vix y sospecho que pocos sabían que el guion estaba basado precisamente en uno de Rulfo. La versión de Ripstein, bajo el título de El imperio de la fortuna, es genial. La bruma siempre ha estado presente en los intentos de traducir audiovisualmente la obra literaria que más identidad nos da a los mexicanos.
En este contexto podría uno con mucha facilidad desconfiar tácitamente de la versión que está armando el servicio de streaming más afamado sobre Pedro Páramo. El mismo Rulfo dijo alguna vez que sus personajes no se podían retratar ya que se veían “como los que hay en todas partes”.
Esto tiene forma de reto cinematográfico, si somos sinceros. Hablamos de la búsqueda del padre ausente en un pueblo de fantasmas. Las posibilidades de traducir en imagen viva a Pedro Páramo son muchísimas, el texto original da para imaginar una cinta única e imaginativa, mexicanota y emblemática.
Ojalá el director Prieto lo consiga. Los personajes flotando en el póster promocional son un spoiler visual que podría ser terrible o asombroso. Ese es el problema. ¿Quieren hacer una película comercial acerca de Pedro Páramo? Va. Pero utilicen todos los recursos que poseemos para que quede impecable. Que la asesore Juan Carlos Rulfo y que el guion lo vigilen Fernanda Melchor, Antonio Ortuño y Eduardo Antonio Parra.
El guion, en cambio, es de Mateo Gil, un español de logros comprobables pero que, vaya, ¡no leyó a Rulfo en la prepa! No lo leyó en la prepa como, por ejemplo, todos los mexicanos vivos. ¿No había un guionista que llevara a Pedro Páramo en la sangre desde morrito? Pienso en lo mucho que hubieran podido aportar Cristina Rivera Garza y Alejandro Toledo.
Básicamente él lleva años ideando una película de Juan Rulfo que de momento sólo existe en su cabeza. Carajo. Se trata de proteger a nuestra literatura más alta, no de llenar las ciudades con posters y anuncios espectaculares por 2 semanas.
Quizá Rulfo es infilmable y ya. No pasa nada. Quizá nuestra industria cinematográfica no está lista para hacer una película de “Talpa” que no haga llorar al espectro del jalisciense. Habrá que verla. Verla con amor, se entiende. En realidad estoy juzgando algo que aun no veo, esta columna es un diálogo con un fantasma. Y por eso es pertinente acabar con un chiste: lo bueno es que Tenoch ya sabe lo que es actuar de Niño sin Amor.