“¿Y los del PRD, cuándo?”, por @salcamarena

Eran muchos y parió la abuela. En menudo problema está desde ayer el partido de la Revolución Democrática en el Distrito Federal. Los señores del Sol Azteca no han salido de ese tsunami llamado Línea 12 y ya tienen otra bronca encima: por elemental comparación es obligado voltear a verlos para demandarles no quedarse atrás a la hora de fijar un estándar de lo que se puede, y sobre todo de lo que no se puede, tolerar. Porque la destitución del líder del PRI en el DF, por denuncias de financiar con dinero público un esquema de prostitución, tendrá efectos expansivos que se sentirán en las filas del partido amarillo y negro.

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar. ¿Dónde habrá estado el diputado Rubén Escamilla ayer cuando alguien le dijo “ponle a Carmen, para que oigas lo que están diciendo de El Basuritas“? Porque el hoy diputado Escamilla, quien fue captado en video recibiendo sexo oral cuando era delegado de Tláhuac, seguro sudó frío sabiendo que al menos momentáneamente su lamentable caso volverá a ser tema en los medios. ¿Y dónde habrán estado Miguel Ángel Mancera, Manuel Granados, jefe de la bancada perredista en la Asamblea, y Raúl Flores, líder del partido en el DF, cuando se enteraron de que el PRI no tardó ni seis horas en despachar rumbo a su casa a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, señalado por contratar a jóvenes a las que luego les pedía sexo? Ellos llevan más de un año dándole la vuelta al espinoso tema de Escamilla, y convirtiéndose en los hechos en sus cómplices y/o encubridores.

Como agua de mayo. Así le cayó al PRI nacional la emisión del reportaje sobre Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre. El trabajo del equipo de Carmen Aristegui no pudo llegar en mejor momento para los priistas. Los señores del partido de Insurgentes Norte llevaban meses sin encontrar la fórmula para quitarle el poder al Basuritas. Ir directo a la confrontación tenía varios riesgos: el poder del heredero del imperio de la pepena es real, la pelea podría terminar hundiendo más al partido a nivel local. Y de lo que se trata es de revivir al tricolor, no de terminar de enterrarlo en la capital. Además, incluso en el escenario de que el PRI nacional hubiera ganado esa batalla, luciría poco respetuoso del orden interno. Y a los del partidazo se les puede acusar de todo, menos de no tratar de guardar las formas.

Haiga sido como haiga sido. Así que la radio de ayer trajo puras buenas noticias. Luego de la emisión de Noticias MVS el líder de la plaza quedó malherido, y el PRI hasta se dio el lujo de vender la destitución como un pronto y sensible gesto de mínima responsabilidad ante las horribles denuncias (ya saben, los priistas siempre se presentan con modestia así estén hablando de, según ellos, salvar la patria).

Cosas veredes, Sancho. Hubo un tiempo en que una de las principales ofertas de los partidos de la oposición era presentarse como entes muy distintos al PRI: los priistas eran corruptos, los panistas decentes y los de la izquierda incorruptibles. Luego los del PAN y los del PRD tuvieron acceso a puestos de poder y ya vimos en lo que acabamos. Por ahí dicen, por ejemplo, que casinero y panista son hoy sinónimo (a saber quién se va a ofender más, si los casineros o los panistas, pero en fin). Por ahí dicen, también, que los perredistas aprendieron y perfeccionaron las mañas de los priistas (a saber quién se va… ok ya).

Pero hete aquí que ayer, por lo pronto, el PRI dejó caer a uno de los suyos. Y rapidito. En cambio, el PRD, incluido Jesús Zambrano, lleva casi dos años propinándole a la capital la vergüenza de tener en activo un asambleísta cuyas miserias ya vio todo mundo. La ciudad de la esperanza, la capital en movimiento, la urbe donde se supone que las cosas se hacen decidiendo juntos, esa entidad gobernada por la izquierda hoy luce menos de avanzada que el PRI. Quién nos iba a decir que llegaría un día en que el que parece moderno y sensible a las denuncias es el PRI.

Cosas veredes.

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(SALVADOR CAMARENA / @salcamarena)