Ciudad de muchas ciudades

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Por: Redacción
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La creciente gentrificación ha moldeado muchos aspectos de la ciudad, entre ellos el de la gastronomía

Por Pamela Escamilla*

Ahora que tenemos una capital global; TikTok nos ha hecho ver que hay meseras que no hablan español pero esta no es una tendencia que represente una generalidad. Entre lugares con letreros en inglés, debido a que la mayoría de su clientela es extranjera, podemos encontrar desde la tienda de trajes de baño Mar de Luz hasta la postrería libre de gluten Chokolat Pimienta.

“Tenemos muchos clientes que son extranjeros y más con este tipo de producto, que al mexicanx como que todavía no”, explica Vanessa Hernández, repostera y health coach, creadora del lugar.

De acuerdo con Colección de estudios sectoriales y regionales. Conociendo los servicios de preparación de alimentos y bebidas (INEGI/ Canirac, octubre 2023), la industria de servicios de preparación de alimentos y bebidas emplea principalmente a personas con nivel de secundaria (39.4%), seguidas de empleadxs con nivel medio superior (20.1%), por lo que no se puede dar por sentado que tengan un nivel fluido de un segundo idioma.

Buena parte de la gente llega a los restaurantes por recomendaciones de TikTok y en diferentes lugares vencen las barreras de comunicación con Google Translate y otras apps. “Es un tema de servicio”, asegura Pedro Reyes sobre Jenni’s Quesadillas, un puesto ubicado en la calle de Mérida que cuenta con menú en inglés porque es el idioma de gran parte de su clientela.

No olvidemos que también hay locales haciendo negocio con extranjerxs que quieren aprender nuestro idioma: el aprendizaje lingüístico ya no sólo está en las escuelas. Este es el caso de las dinámicas que se realizan en el Café del Viajero o, por qué no, en un montón de cafeterías donde chilangxs fungen de maestrxs de español.

“A veces hay como seis clases simultáneas de español. Veo maestrxs que se avientan dos o tres clases en una mañana”, señala Paco Santamaría, director de Mercadotecnia Postmoderna, sobre lo que ha observado cuando trabaja en Tierra Garat. Aunque haya nómadas digitales a los que no les interese involucrarse en nuestro día a día, también hay extranjeros que hacen el esfuerzo de adaptarse a la CDMX.

“Hay cierto tipo de persona de la que hablan cuando se quejan de la gentrificación, y yo no siento que sea ese tipo de persona”, revela Tiara Darnell, de Blaxicocina. La originaria de Washington, D.C. aprendió sobre historia moderna de México en la universidad y ha estudiado español tanto aquí como en Estados Unidos.

Sí, ¿pero a qué costo?

“Recuerdo que en la Plaza Río de Janeiro en la colonia Roma se me antojaron unas gomitas y me sorprendió lo baratas que estaban. La señora me dijo algo simpático: ‘pensé que tú eras gringo y entonces te las iba a dar más caras, pero como vi que hablabas en español, te las dejo al precio’”, nos contó Jorge Pedro Uribe sobre una situación más o menos inofensiva.

Pero ese es solo uno de los momentos que pueden aumentar el costo de los productos: la posibilidad de que alguien con una moneda más fuerte pague más. Los precios también pueden ascender porque hay inversionistas que quieren rentabilidad demasiado pronto o el mismo mercado inmobiliario está siendo cruel con buena parte de lxs emprendedorxs.

“Te acostumbras a pagar cafés de $65-$70, pero no es normal. Por un lado, lxs extranjerxs lo vieron barato; por otro, está la gente que no se lo cuestionó y lo pagó; y la que regresó a comer a casa o a hacerse lunch”, indica Pedro Reyes sobre el fenómeno.

Más pluralidad, menos xenofobia

La gentrificación es uno de los elementos que han moldeado la oferta gastronómica. “Todos los movimientos de población traen cosas difíciles y cosas buenas. Es un poco feo ver la xenofobia que ha comenzado a salir en México con este tema”, sostiene Gonzalo Gout, director de operaciones de Casa Mata.

“A mí se me hace muy bonito que surjan proyectos interesantes y que la ciudad se vuelva más plural en cuanto a buenos proyectos novedosos para comer”, agrega. Sin embargo, el rechazo hacia lo ajeno sigue en aumento, sobre todo por la constante alza de precios de la que no son directamente responsables.

Toda la variedad gastronómica y las personas deberían poder coexistir, además de que cada quien puede reconectarse con los sabores de su lugar de nacimiento, o del de su interés, como mejor le funcione.

“En los últimos años, que una comunidad de norteamericanos viene a la ciudad, pues les compartimos un poquito de su casa para que no extrañen tanto. Como mi socio, de alguna manera eso fue lo que nos impulsó a crear esto”, asegura Roberto Luna, socio de Dan Defossey en Pinche Gringo BBQ.

Por el momento vivimos un boom gastronómico que (independientemente de todas las consecuencias negativas de la gentrificación) es representativo de nuestros tiempos. “Cuando salimos de la pandemia, nunca en la vida se había comido mejor en la ciudad”, advierte Pedro Reyes, quien celebra la existencia de lugares como Choza y Makan.

No es que absolutamente todo sea delicioso y de calidad, pero sí hay mayor y mejor oferta. Habrá que esperar a ver cómo evoluciona cuando la CDMX pase de moda para el resto del mundo y la gentrificación siga siendo liderada por chilangxs y mexicanxs en general.

*Texto adaptado para + Chilango