Más por más.- Todos los domingos son distintos, de muchas maneras únicos, en este gigantesco mercado que representa una vieja tradición que reúne las más diferentes expresiones.
El Baratillo es en sí mismo un sitio sui géneris. Lo mágico de este lugar es la posibilidad de aproximación a las manifestaciones populares más diversas. También tiene su “lado oscuro”, debido a que está presente la ilegalidad, un tema pendiente para las autoridades.
Pasear por El Baratillo es siempre un acto lleno de vivencias insólitas: prácticamente puedes encontrar de todo, aquello que buscas, y algo más. El recorrido, si lo inicias por Belisario y Puerto Melaque, conduce a las gorditas más suculentas, conocidas también como fatties. Desde este punto podrás dirigirte a una glorieta que divide el camino hacia lo impensable.
Muchos melómanos son clientes frecuentes de este sitio debido a que cumple con una regla básica: en donde menos lo esperes puede aparecer una joya musical. Desde lo más alternativo y underground, cruzando por lo tradicional, hasta lo pop, puedes encontrar álbumes en distintos formatos.