Moisés Rodríguez.- El tren que venía de la frontera pasaba por el ‘Reventón”, allá por la Primavera en donde estaba el regimiento de los guachos. Pues adelante hay como un cerrito, allí era el ‘Reventón”, ahí era donde asaltaban el tren. Como la máquina bajaba la velocidad e iba a vuelta de rueda, pues aprovechaban los señores de aquí y lo asaltaban”, dice don Pedro Carrillo Vázquez, vecino de Santa Ana Tepetitlán.
Carrillo Vázquez es quien da voz a la historia de este barrio en el sur-oriente de la ciudad. Don Pedro, a sus 76 años de vida, le ha dedicado 46 a vender birria en el cruce de las calles Javier Mina e Hidalgo. Hasta hace tres años lo hacía acompañado de su esposa Benita Flores Navarro, quien ya descansa en el camposanto del pueblo.
“Santa Ana de los Negros” es el mote con el que se conoce a la región y los habitantes de este barrio, en palabras del señor Pedro. A él le contaron algunos de sus mayores que el apelativo se debe a que en la parte alta donde ahora se encuentra Bugambilias, en la época de la Revolución, llegó un regimiento con indios de Sonora, los cuales se quedaron rezagados quedándose en esa parte alta.
Por su parte, el cura del pueblo, el señor Juan Antonio Guerra Lule, dice que a la llegada de los españoles, en concreto el conquistador Nuño Beltrán de Guzmán, paso por la zona con su ejército, el cual incluía indios de Veracruz, los cuales se quedaron en la zona alta del cerro para apoderarse de este territorio que, por su situación geográfica, dificultó la ocupación de Nuño de Guzmán. El conquistador siguió su ruta de conquista y los indios se quedaron en el cerro.
Los misioneros franciscanos entraron sin problemas al barrio de Santa Ana Tepetitlán. Allí construyeron, con la ayuda de los nativos, un hospital que después pasaría a funcionar como la Capilla de Santa Ana Tepetitlán, también conocida como “La Purísima”. Frente a este recinto se encontraba un camposanto, ahora es una explanada principal que divide al poniente con el templo nuevo: la Parroquia de Santa Ana Tepetitlán.
Por la calle Matamoros hay un camino que lleva hacia un sendero que asciende hacia una capilla en la punta del cerro de Santa Ana Tepetitlán. El lugar tiene una vista espectacular hacia la ciudad. El panorama es hacia el oriente y se puede observar este barrio. Así, como alguna vez lo miraron aquellos negros que le dieron el mote a los habitantes en esta zona llena de recuerdos.