El desnivel Mixcoac-Insurgentes reducirá a cinco minutos un trayecto que antes se hacía en 20, pero la obra también
da paso a dudas
ARTE: MICHEL LARIS
El también llamado Deprimido de Mixcoac entrará en operaciones en la primera quincena de agosto, luego de casi dos años de construcción, una inversión de 1,200 millones de pesos y mucha expectativa alrededor de su funcionalidad.
La obra consiste en un túnel doble de 1.3 kilómetros de longitud y 22 metros de profundidad. Está construido en el sur del Circuito Interior con el objetivo de resolver uno de los nudos viales más complejos de la ciudad: la interconexión entre Insurgentes, Eje 8 Sur y Barranca del Muerto.
“Lo resolvimos en dos pisos para ocupar un solo lado de la vialidad, no tener que desviar el colector del río Mixcoac y para conservar todos los movimientos direccionales que ahora serán subterráneos, de tal manera que eliminamos la espera hasta seis fases de semáforos, y un cruce que antes se hacía en 20 minutos, ahora se realizará en cinco”, dice Edgar Tungüí, titular de la Secretaría de Obras y Servicios de la CDMX (Sobse).
En entrevista con Máspormás, Tungüí explicó que si vienes de avenida Universidad a Insurgentes, habrá una vuelta a la izquierda hacia Barranca del Muerto; sobre Insurgentes, de sur a norte, se conserva la salida a la izquierda para tomar Mixcoac rumbo a Patriotismo y, de Patriotismo a Universidad, hay una vuelta hacia Eje 8 Sur.
La velocidad máxima permitida será de 50 kilómetros por hora aunque de acuerdo con la plataforma sobre movilidad SinTráfico, en horas pico solo se alcanzarán 31 km/h.
Dicha construcción es parte del Proyecto de Prestación de Servicio (PPS) que consiste en seis obras y mantenimiento integral a 35 de los 41 kilómetros del Circuito Interior por parte del consorcio Operadora y Mantenedora del Circuito Interior (OMCI).
Los otros cinco proyectos fueron dos puentes vehiculares en Canal de Tezontle y Eje 4 Sur, y una adecuación vial en Oriente 106. También, el puente de Molinos y Revolución para salir al sur y la separación de flujos en las laterales del Circuito para cruzar Tlalpan sin entrar a los carriles centrales.
“La de Mixcoac es una obra importante que nos ayuda a reordenar el flujo vehicular y tener una disminución del 65% de emisiones contaminantes, tanto en gases como en ruido. A la par, se está haciendo un parque lineal de 900 metros con cuatro fuentes, 30 mil metros de banqueta restaurada y el reforzamiento de la red hidráulica de la zona”, dice Tungüí Rodríguez.
ACUERDO VECINAL
Durante los primeros meses de la obra, vecinos de las colonias Florida, Crédito Constructor, Acacias, Del Valle y San José Insurgentes se opusieron por la tala de centenares de árboles de la zona, pero la construcción nunca paró.
De acuerdo con el titular de la Sobse, se llevaron a cabo 140 reuniones vecinales y más de 50 recorridos con ellos, los cuales se convirtieron en 18 modificaciones al proyecto inicial, sobre todo en temas de espacio público. “Los cambios constaron en hacer banquetas y proporcionar seguridad peatonal para los cruces. También hicimos una modificación en la salida de Barranca del Muerto, donde ampliamos el túnel para librar el semáforo de Minerva y Barranca. En el Eje 8 Sur, movimos el eje del trazo porque íbamos a dejar encerradas un par de calles y dejamos solo una de servicio”, explica.
Respecto a los árboles, la Sobse contaba con el permiso de retirar 855, pero solo fueron 600 y, de acuerdo con el arquitecto Jesús Centeno, miembro de la dirección General de Obras, tanto en el parque lineal como en los costados del túnel se están plantando mil árboles entre encinos, robles, astronómicas, bugambilias y pata de vaca.
Súper vía, súper dudas
El doble túnel será el desnivel más seguro de toda la ciudad, pues, según las autoridades, también contará con 29 cámaras de vigilancia conectadas al C5, además de un sistema contra incendios. Pero hay dos asuntos que quedan en la expectativa de los futuros usuarios: el miedo a un posible socavón y la capacidad de respuesta para evitar inundaciones.
Sobre la posibilidad de un hundimiento como el ocurrido en el Paso Exprés de la carretera a Cuernavaca, Edgar Tungüí aseguró que algo así no ocurrirá, pues “la construcción no se hizo con terracería, sino con base en pilas de concreto prefabricadas y ancladas a gran profundidad que forman marcos rígidos para dar seguridad a toda la estructura”. Mientras que ante una posible inundación, el arquitecto Jesús Centeno asegura que el desnivel “está blindado”, pues cuenta con un sistema de drenaje especializado y un cárcamo exclusivamente construido para evitar daños por lluvias.
“Es cuestión de números. Solo el 30% del túnel no tiene techo, entonces únicamente en esa área podría haber concentraciones de agua. La ventaja es que cuenta con rejillas colectoras en caso de escurrimientos. A menos que haya lluvias atípicas seguidas durante una semana podríamos pensar en una posible inundación, de lo contrario, mientras los aguaceros se detengan, no existe ninguna alarma”, asegura.
Lo cierto es que, como cualquier obra de próxima apertura, todas las ventajas prometidas y las dudas serán probadas y despejadas sobre la marcha.
En cifras:
- 432 árboles ya fueron plantados para reforestar la zona. La meta
es llegar a plantar mil.
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4,400 tabletas de concreto dan forma a los muros, techos y superficie de rodamiento.
- 16 pasos seguros serán habilitados para beneficiar a los peatones que crucen por el parque lineal.