FOTO: SECRETARÍA DE CULTURA CDMX

Una ciudad con más de 5 siglos de historia hidráulica

Por: Brenda Raya

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De las grandes obras de ingeniería prehispánica sólo quedan vestigios que dan testimonio de la capacidad hidráulica de nuestrxs ancestrxs

El 24 de noviembre del año pasado fueron descubiertos un muelle y un canal prehispánico en la avenida Chapultepec. A tan sólo dos metros de profundidad de una de las avenidas más transitadas de la ciudad se encontraron los restos de una estructura de la cual hay registro en un mapa del año 1550, conocido como el mapa de Upsala. El descubrimiento pone en discusión nuevamente el pasado lacustre de la capital y sobre todo la alta capacidad hidráulica que tuvieron sus antiguxs habitantes.

Según el boletín compartido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), “originalmente, aquí pasaba un río que corría del lado sur del cerro y desembocaba en un embalse. Esta corriente fue transformada culturalmente: primero, en un canal navegable a inicios del Virreinato, en un caño y, a mediados del siglo XVIII, en el acueducto de Chapultepec, el cual contó con 904 arcos, y que iba de las ‘albercas de Chapultepec’ a la fuente del Salto del Agua”.

La relación permanente de la CDMX con el agua es muy visible en los restos de la arquitectura hidráulica, algunas estructuras tan comunes para nosotrxs que hemos olvidado su importancia en la historia y otras con nombres que parecieran en desuso. Aquí algunos ejemplos.

Albarradones: eran estructuras que conformaban un sistema hidráulico construido a base de postes y varas entretejidos. Algunos se construyeron con piedra y tierra como el que quizá sea el más conocido, el albarradón de Nezahualcóyotl, construido aproximadamente en 1450 para proteger a Tenochtitlán de las inundaciones. Edificada con piedra y tierra, esta increíble obra de ingeniería que partía de Atzacoalco hasta Iztapalapa contaba con compuertas para regular la entrada y salida de las aguas y el tránsito de las canoas; pero la obra que dividía las aguas saladas y las dulces que alimentaban los lagos de Xochimilco y Chalco fue mandada destruir en 1521 por Hernán Cortés. Otros albarradones importantes fueron el de Mexicaltzingo y Ecatepec, este último aún conserva algunas estructuras. Se estima que al menos 2,000,000 de habitantes de toda la cuenca de México fueron beneficiadxs por este sistema ya que permitió mantener el nivel de los lagos.

Acequias: así llamaron lxs españolxs a las obras de irrigación conocidas comúnmente como apantles, una suerte de canales que aún persisten, sobre todo en Xochimilco. Actualmente no sólo sirven para la producción agrícola sino para navegar. Su pasado puede rastrearse en la traza de las calles como la de Roldán, en el barrio de la Merced, que corresponde al trazo de la acequia de Mexicaltzingo o la Viga. Estas estructuras fueron la inspiración principal por la que la ciudad fue llamada “La Venecia de América”.

Acueductos: esta es la arquitectura más fácil de identificar y de la que aún permanecen varios restos a lo largo de la ciudad. Su importancia es tal que el conde Romero de Terreros se refería a México como tierra de acueductos. Desde antes de la Conquista existía el de Chapultepec, que abastecía de agua potable a la capital desde Santa Fe y Cuajimalpa y que aún conserva algunos de sus arcos. Otro importante era el acueducto de Guadalupe, que acarreaba agua del río Tlalnepantla hasta la Villa de Guadalupe, en la alcaldía Gustavo A. Madero, y del cual es visible apenas un pequeño tramo de arcos de piedra. El de los Remedios, en Naucalpan, tiene una historia muy particular: fue creado en el siglo XVII para llevar agua del ejido de San Francisco Chimalpa al pueblo de los Remedios, sin embargo, nunca entró en operación por un error de cálculo.

Los restos de arquitectura hidráulica dan muestras de vida cada que se ejecuta una obra nueva en la capital y sus restos emergen para comunicarnos su maravillosa ingeniería. Mientras lxs antiguxs habitantes de la ciudad manejaban y controlaban las aguas de la cuenca, la respuesta de lxs conquistadorxs fue sencillamente desecar.

  • 904 arcos tenía el acueducto de Chapultepec, que abastecía de agua potable a la capital desde Santa Fe y Cuajimalpa
  • En 1450 aproximadamente se construyó el albarradón de Nezahualcóyotl para proteger a la antigua Tenochtitlán de las inundaciones